En la política, hay quien mira el presente, quien planifica el futuro y quien vive en una realidad paralela. Paco Núñez, presidente del PP de Castilla-La Mancha, parece instalado en esta última. En su particular guion, el 2027 ya está escrito; él será presidente, se sentará en Fuensalida y firmará los Presupuestos autonómicos como si las elecciones de ese año fueran un mero trámite sin suspense.
El problema es que los hechos no encajan con su relato. Según el CIS, el socialista Emiliano García-Page quintuplica en apoyos a Núñez para los próximos comicios. Además, el Gobierno regional aprueba los presupuestos antes de que empiece cada ejercicio económico, por lo que las cuentas de 2027 estarán ya cerradas y aprobadas por el PSOE mucho antes de que los castellanomanchegos pasen por las urnas. Pero nada de eso parece alterar el optimismo sin freno del líder popular.
En Hellín, tras reunirse con el alcalde Manuel Serena, Núñez ha proclamado que los Presupuestos de 2026 serían "los últimos que ejecute en su totalidad el Gobierno de Page". A partir de ahí, todo lo que no esté recogido y financiado en ese borrador, ha sentenciado, "ya no formará parte de la acción política de Page".
Una afirmación que sonó más a deseo que a diagnóstico, y que ignoró por completo el dato más incómodo de todos. En 2019 obtuvo el peor resultado del PP en la historia de Castilla-La Mancha, con apenas 10 escaños; y en 2023, pese a mejorar ligeramente hasta los 12, volvió a perder frente a Page, que revalidó su mayoría absoluta incluso con más votos que en la cita anterior.
Para colmo, esa “ley electoral” que ahora le impide soñar con más escaños fue reformada unilateralmente por el propio PP en tiempos de Cospedal, reduciendo el número de diputados y distorsionando la representación.
Carta de los Reyes Magos en agosto
Desde Hellín, Núñez ha hecho su particular lista de Reyes Magos en agosto: conexión por carretera entre pedanías, Servicio de Hemodiálisis en el Hospital Comarcal y un centro de formación industrial.
Propuestas que, en buena parte, ya han sido comprometidas por el Gobierno de Page o incluso aprobadas en las Cortes con el voto de su propio partido. Pero eso no impidió que las presentara como si fueran una hoja de ruta inédita que él mismo pondrá en marcha. Eso sí, en cuanto gane unas elecciones que, hasta ahora, siempre ha perdido.
El alcalde Serena, más prudente, se limitó a pedir que las demandas de Hellín figuren en el próximo borrador de cuentas, sin sumarse al salto cuántico de su presidente regional.
Mayoría y respaldo social de Page frente a las fantasías de Núñez
Mientras tanto, la realidad sigue su curso. Page gobierna con mayoría, respaldo social y una ventaja abismal en las encuestas. Núñez, ajeno a todo, sigue ensayando discursos de presidente y firmando mentalmente unos presupuestos que, con toda probabilidad, no llevará nunca a la imprenta oficial.
En su empeño por proyectarse como presidente, Núñez parece más un guionista de ciencia ficción que un líder de la oposición. Habla de 2027 como si ya hubiera pasado, reparte partidas presupuestarias que no existen y se coloca la banda de mando en un imaginario pleno de investidura.