Isabel Díaz Ayuso y Alberto Núñez Feijóo se dieron cita este lunes en Alcobendas para celebrar la cena de navidad del PP de Madrid: “La primera cena”, en palabras de la presidenta regional, que el año pasado vio impedida su celebración por orden expresa de la dirección nacional bajo la premisa de que este tipo de eventos no eran recomendables en un contexto de pandemia. Entonces el PP madrileño y Génova mantenían un ominoso pulso por la jefatura, con un Pablo Casado que acabó dimitiendo en favor del actual presidente del PP después de que su equipo decidiese investigar las presuntas corruptelas de la administración de su baronesa más popular y un posible caso de nepotismo con el hermano de la misma y sus suculentas mordidas en el negocio de la compra de mascarillas.

“Donde hay patrón no manda marinero”, dijo entonces Ayuso, excusando así la falta de celebración de las fechas navideñas y su voluntad de presentarse frente a los cuadros orgánicos de la formación en Madrid como futura presidenta del PP de Madrid. Aquel pulso quedó atrás, y, al menos de cara a la galería, la relación con Alberto Núñez Feijóo es mucho más prometedora. Este lunes, en una cena a la que acudieron cerca de 1.000 invitados, ambos optaron por remar en la misma dirección y pedir altura de miras para un 2023 electoral del que dependerá, previsiblemente, que las aguas sigan siendo mansas en un PP que trata de esquivar la bicefalia entre la dirección y una baronesa convertida en símbolo de victoria tras su arrolladora victoria en mayo de 2021.

Fue una cena distendida, cargada de simbolismo por la presencia de Ayuso y Feijóo, pero que sirvió para fijar la hoja de ruta popular frente a los intentos de amedrentamiento pretendidos por un Santiago Abascal lanzado en su campaña por conseguir un candidato independiente y de prestigio con el que presentar una moción de censura frente a Pedro Sánchez en el Congreso. También Ciudadanos se ha sumado a esta petición, alegando que estamos en un momento de máxima incertidumbre ante lo que consideran un asalto del presidente del Gobierno a las instituciones independientes con el nombramiento de cargos afines a los socialistas: "O nosotros o Sánchez", fue el eslogan escogido por Feijóo, empeñado en presentarse como la única alternativa con serias aspiraciones de alcanzar La Moncloa en las elecciones generales. “O Sánchez o España”, fue la hipérbole utilizada por Ayuso.

Ambos incidieron en la idea de que la moción de censura sería un error, aludiendo que una victoria parlamentaria únicamente serviría para legitimar parlamentariamente a un Sánchez muy tocado. Sendos líderes consideran que de celebrarse en este momento las elecciones, el actual Gobierno no tendría opción alguna, por lo que insistieron en la necesidad de seguir haciendo campaña de cara a un año electoral en el que animaron a sus feligreses a llevar a cabo una “revolución en las urnas”. Votar masivamente para “botar”, con b, al presidente.

"Si el PP no lo remedia, será el último capítulo del libro que entre todos" se empezó a redactar en 1978. "La izquierda decidió hace mucho tiempo, una parte de la izquierda, que sobraba el PP para sus pactos contra España", remachó Ayuso, insistente en su voluntad de generar un relato apocalíptico de cara a 2024 si Sánchez no es vencido en las urnas. Según la presidenta madrileña, si las urnas no ponen coto a los designios del actual Gobierno, nos dirigiremos a un panorama de fragmentación por territorios, con referéndums de autodeterminación en el que las instituciones del Estado serán puestas al servicio del Gobierno en un ejercicio de autoritarismo que nos conducirá a una república dominada por los actuales socios del Gobierno.

Con este relato cocinándose a fuego lento en el PP, y calando también en un Feijóo que hasta el momento había optado por un discurso menos grueso, los populares brindaron frente a los madrileños, con su forma "brava, alegre, de ver la vida", que habitan en una Comunidad "donde se viven riesgos, donde un lunes uno no par de hacer cosas, donde gusta la incertidumbre, probar cosas nuevas, arriesgar, contratar, vender, comprar cuando uno quiere".

"Y esa forma de vida es la que ahora va a decirle a Pedro Sánchez que la dignidad del ciudadano no se compra y que cualquier español, o cualquier ciudadano que ha venido a España a vivir entre nosotros no está esperando a que nadie le regale nada. Quiere salir adelante con su esfuerzo", prosiguió Ayuso. "Gracias al modo de vida que nos hemos dado aquí, no vamos a permitir ni atropellos contra la ley ni contra la justicia ni chapuzas ni cambalaches ni que aquellos que tienen delitos de sangre que durante tantos años han causado tanto dolor en España y no digamos los nacionalistas, que han roto la convivencia en Cataluña y pretenden de manera ilegal romperla y segregarla de España. Que no piensen que desde Madrid nos vamos a quedar quietos. Ni un solo ciudadano en la Comunidad de Madrid va a permitir esto", sentenció.