Tal como se temía el Gobierno andaluz y auguraban los observadores, Vox ha decidido finalmente presentar enmienda a la totalidad al proyecto de Ley de Presupuestos andaluces para 2021, sumándose así a las ya presentadas por el Partido Socialista e Izquierda Unida.

Si el miércoles próximo la formación ultra mantiene su órdago y vota en contra de las cuentas del Gobierno de PP y Cs, el proyecto de ley será devuelto y Juan Manuel Moreno sufrirá la mayor derrota política desde el inicio de su mandato.

En San Telmo, no obstante, confían en que, al igual que ya sucediera el año pasado, Vox ejerza de perro ladrador pero poco mordedor. O al menos no tan mordedor como para tumbar unos Presupuestos que el PP considera "históricos" al superar los 40.000 millones de euros, gracias a la flexibilización de las reglas de défícit y gasto patrocinada por la Comisión Europea para combatir la crisis provocada por la pandemia.

La pelota en el tejado

Pocos minutos antes del mediodía, hora en que acababa el plazo para hacerlo, el portavoz de Vox en el Parlamento andaluz, Alejandro Hernández, acompañado de varios diputados, presentaba en el Registro de la Cámara autonómica su enmienda a la totalidad. Hernández ha dicho que no han recibido un "feedback' de los partidos que sustentan a Gobierno ni de la propia Junta".

En un audio difundido por Vox, Hernández ha indicado que se "han visto obligados a presentar la enmienda a la totalidad (...) Ellos tienen las medidas que nosotros solicitamos y esperamos su respuesta. La pelota la tenían antes en su tejado y la siguen teniendo ahora".

En su cuenta de Tuitter, Vox ha difundido el vídeo de la atención a los medios de Hernández resaltando esta idea: “Exigimos que los recursos se destinen a los más desfavorecidos y en defensa de los españoles de a pie que están padeciendo la crisis”.

Un documento muy detallado

En su declaración a los periodistas en los pasillos del Parlamento, Hernández ha recordado que la Junta tiene en un poder “un documento en el que aparecen perfectamente desglosadas las medidas” reclamadas por su partido, que aspira a que las cuentas “tengan la impronta de Vox”.

La formación de extrema derecha no ha revelado detalles significativos de ese documento, que obviamente no ha tenido en el palacio de San Telmo la acogida que ellos esperaba.

La formación de extrema derecha exige mayor control del gasto, supresión de entes instrumentales, rechazo a la ampliación del número de cargos políticos o cambio de denominación de Canal Sur. En todo caso, el precio que pondrá Vox por aprobar las cuentas de Moreno será este año provisiblemente más alto que en 2019.

Coexistencia pacífica

En Andalucía, no ha habido propiamente hasta ahora una ruptura entre el PP y su socio preferente Vox, como sí la habido en España a raíz del discurso de Pablo Casado en el Congreso de los Diputados atacando sin piedad al líder ultra Santiago Abascal.

La guerra fría entre ambas formaciones a nivel nacional es a nivel andaluz una tensa coexistencia pacífica en la que, aun reinando la desconfianza, ambos socios se saben obligados a entenderse.

La enmienda a la totalidad del Presupuesto presentada en junio de 2019 por Vox tuvo efectos políticos inmediatos. Antes de que acabara el mes, los ultras arrancaban a PP y Cs un acuerdo de 34 puntos, con solemne puesta escena incluida, que no dejaba por cierto en lugar muy airoso al atrevido portavoz parlamentario del partido naranja, Sergio Romero, que dos semanas antes se había venido arriba afirmando: “Si Vox quiere una foto, que se vaya a un estudio de fotografía”.

Los ultras estaban entonces más que hartos del desdén público que Cs mostraba hacia ellos. El órdago presupuestario de Vox fue mano de santo: sus socios se avinieron a firmar las exigencias planteadas por 'la tercera pata', el PP se afanó en pasar la mano por el lomo de Vox cuantas veces fue necesario y los asquitos y melindres de Cs pasaron a mejor vida.

De hecho y pese a algunos roces, todo iba sobre ruedas entre los socios hasta el giro de 180 grados protagonizado sorpresivamente por Pablo Casado el pasado 22 de octubre en el Congreso. Al día siguiente de su discurso contra Vox, el grupo ultra en el Parlamento andaluz suspendía las hasta entonces fluidas negociaciones con la Consejería de Hacienda. Desde entonces, no se han reanudado.

Todos los observadores dan por hecho que Vox Andalucía hará lo que sus jefes nacionales digan. El partido ultra no tiene una estructura precisamente federal y, si la dirección nacional decidía hacerle pagar a Moreno el ultraje de Casado a Abascal, el grupo que lidera Alejandro Hernández obraría en consecuencia. Es lo que ha hecho hoy, aunque está por ver que haga lo mismo a la hora de la verdad, fijada en el miércoles 18 de noviembre, fecha del Pleno que debatirá las enmiendas.