Un juez de lo Social de Córdoba, Manuel Oteros, llama 'burros' a 'todos' los políticos en una sentencia en la que revoca una sanción de tres años de suspensión de empleo y sueldo a un trabajador del Instituto de Deportes de la ciudad por una falta muy grave en el desarrollo de sus funciones. 'Con todos los respetos para los equinos', puntualiza el magistrado.


'Cuando se pelean dos burros, paga el arriero'
Según detalla la sentencia, que publica hoy Diario de Córdoba, la actuación del funcionario público no es constitutiva de ninguna sanción, sino que "es demostrativa de ingenuidad y candidez más que de cualquier cosa". De acuerdo al juez, "se cumple el proverbio que dice que cuando se pelean los burros..., y eso es lo que da la impresión a este juzgador, que los burros se han peleado y paga el arriero, que en este caso no es otro que el empleado público".


'Obligación de los burros'
La sentencia continúa en el mismo tono: 'Obligación de los burros (entiéndase con todos los respetos para con los equinos), en este caso los políticos todos, hubiera sido cumplir lo pactado', o sea, 'lograr la financiación para la obra de forma coordinada entre la Junta y el Ayuntamiento dentro de los plazos que se habían previsto (...) y si sabían que no podían cumplir, no haber firmado el convenio'. 'Cuando los que le tenían que dar cobertura (los burros) han cambiado (tras las elecciones municipales de 2011) y no solo no se la dan (ni siquiera quieren oír sus explicaciones), sino que recibe los palos que iban dirigidos a otros'.


Los burros deberían de dejar de pelear  y ponerse a andar"
'A los arrieros, que somos todos, más les valdría que los burros se dejaran de pelear y se pusieran a andar', destaca el juez, que sabiendo que su sentencia puede ser polémica, reconoce que se está 'extralimitando', pero agrega que se considera 'un indignado' antes de relatar una circunstancia personal: la posibilidad de poder morir dentro de poco por un problema de salud. Este magistrado 'se toma la licencia de hacer los anteriores comentarios con la libertad que da el tener que someterse antes de que se notifique la sentencia a intervención quirúrgica (la quinta en siete meses) y no saber si podrá oír las críticas que con toda seguridad le vendrán', concluye.