Populismo fiscal ("por cada impuesto nuevo que ponga el Gobierno de España, nosotros quitaremos un impuesto a los autónomos") y herencia recibida (“la Atención Primaria tiene problemas, pero es que los hemos heredado”) fueron dos de los argumentos manejados ayer con mayor desahogo por el presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno, en su intervención en la Convención del PP-A 'Tres años de cambio en Andalucía', celebrada en Cádiz y en la que el partido movilizó a numerosos consejeros del Gobierno y dirigentes del partido.

Consciente de que el visible deterioro de la sanidad pública amenaza con convertirse en el talón de Aquiles de su mandato, el presidente se empleó a fondo para poner en valor el esfuerzo presupuestario del Ejecutivo, pero sin dejar de escudarse en la herencia recibida de sus antecesores, que en opinión de Moreno “tienen la misma legitimidad en dar lecciones de sanidad como Puigdemont de Derecho Constitucional”.

Según el presidente, "Andalucía es la comunidad autónoma que más invirtió en Atención Primaria, hoy tenemos 30.000 profesionales más que en 2018, seis hospitales más, más camas convencionales y UCI en el año 2018", hasta el punto, dijo, de que “no hay un solo ratio en el que no se esté mejor en el que año 2018, último año de gestión del PSOE".

Sin hacer mención a la exigencia de Bruselas al Estado español de recortar drásticamente el gasto público a raíz de la crisis financiera, lo que tuvo un dramático impacto en todos los sistemas sanitarios autonómicos, Moreno dictó su sentencia sobre el pasado: "Queda absolutamente comprobado que los únicos que desde el año 2008 han ido desmantelando progresiva y sistemáticamente la Sanidad pública son los anteriores inquilinos de San Telmo", dijo, y aportó como ‘prueba’ que en el año 2017 hubo en Andalucía “una gripe intensa y todavía recordamos las fotos en los pasillos de todos los hospitales y centros de salud de la administración socialista".

Si la sanidad andaluza presenta problemas, que Moreno no negó, ninguno de ellos cabe achacarlo al Gobierno de PP y Cs, sino más bien a que ésta está siendo una "legislatura muy difícil" en la que ha habido un brote de listeriosis, después el mosquito del Nylo y luego una pandemia que ha provocado una caída del PIB "como jamás había ocurrido desde 1939".

También presumió de haber sido “bastante ponderado” a la hora de juzgar la gestión de la pandemia por parte de Pedro Sánchez, actitud “prudente” que contrastaría con la del PSOE andaluz, que “en plena sexta ola hace plataformas políticas, obligando a alcaldes a manifestarse en contra del Gobierno”. Aludía el presidente a los cientos de alcaldes, socialistas en su mayoría pero también de otras fuerzas políticas, que la semana pasada exigían a la Junta que mejorara con urgencia consultorios, centros de salud y urgencias hospitalarias.

El populismo fiscal fue otro de los ejes de la intervención del presidente, para quien Pedro Sánchez "ha decidido darle un mazazo a todos los autónomos y pretenden freírlos a impuestos".

Por lo demás y en sintonía con el lema de la convención, Moreno repitió que “Andalucía está en la cabeza de la recuperación” y, copiando sin complejos el argumento electoral del PSOE de Felipe González de 1982 proclamó que "el cambio no es otra cosa que Andalucía funcione".