La Feria de Málaga supone uno de los mayores eventos lúdicos y sobre todo de concentración humana de cuantos se celebran en Europa. Con una duración de 8 días debería celebrarse este año del 15 al 22 de agosto. Durante esos días son millones de personas las que acuden por la tarde y noche al ferial de Cortijo de Torres a sus aproximadamente 240 casetas -la mayoría de libre acceso-y también a la feria de mediodía en el Centro Histórico ya que se desarrolla en dos recintos diferenciados. En las calles del centro son miles de personas las que ocupan al completo las calles y plazas y en las que se hace difícil andar por la aglomeración humana. Tal dimensión del evento festivo exige un operativo especial de 270 autobuses urbanos que dan servicio durante las 24 horas desde el día de los fuegos artificiales, previo al inicio real.
El pasado año fueron más de un millón de personas quienes acudieron a los espectáculos programados por el Ayuntamiento. Un dato ilustrativo, más de mil toneladas de basura son recogidas esos día. Casi un 100 % de ocupación hotelera -no solo de la capital- acogen a los miles y miles de visitantes nacionales y de distintos países del mundo llegados ex profeso.

¿Es viable celebrarla este año?
Con todos esos datos, con la fechas de agosto en ciernes y teniendo en cuenta la grave crisis sanitaria que vive España (Málaga, con 261 fallecidos, es la provincia andaluza con más número de fallecidos y 3.416 contagiados) ¿Es viable celebrarla este año? Evidentemente parece que no. Supondría un riesgo enorme para un rebrote más que seguro con independencia de la evolución de la pandemia en esas fechas.
Suspendidos desde los sanfermines a las fiestas de Madrid
Mientras otras capitales y municipios ya anunciaron públicamente con meses de antelación que suspendían sus ferias, los eventos populares, verbenas y fiestas (desde los sanfermines hasta las fiestas en Madrid que han sido canceladas hasta noviembre) en Málaga aún no se ha acordado nada al respecto, algo difícil de entender con los datos de masificación y aglomeración humana reseñados.
Las palabras de la concejala de Fiestas
Desde el Ayuntamiento no solo mantienen la duda sino que esta semana la concejala de Fiestas, Teresa Porras, una veterana política del PP y muy afín al alcalde Francisco de la Torre, generaba expectativas con las siguientes explosivas declaraciones: “Si todo va bien, con el actual plan de desescalada, y si no damos marcha atrás, ¿por qué no vamos a celebrar la Feria de Málaga si el 8 de junio se podrán organizar espectáculos para 800 personas al aire libre y la feria es en agosto? Si en junio estamos casi en la normalidad y seguimos avanzando, en agosto estaríamos en la normalidad y la Feria de Málaga podría celebrarse". Y al final otra frase para condicionar la celebración o anulación al Gobierno central: "Dependerá de los decretos del Gobierno”. También delegaba parte de la decisión, que debería ser estrictamente municipal en otros: "Nos sentaremos con los agentes sociales que siempre intervienen en la feria, y según sea el decreto veremos cómo podemos adaptarnos".
Tras esas polémicas declaraciones las reacciones desde la oposición socialista y Adelante Málaga van desde calificarlas de “temeridad absoluta” por el portavoz del PSOE, Daniel Pérez, hasta de “trampa” por parte de la formación integrada por IU y Podemos. Al socialista no le ha causado sorpresa pues dice que ya “estamos acostumbrados a que Porras hable sin contrastar previamente la información”. Muy duro ha sido el portavoz de Adelante Málaga, Eduardo Zorrilla afirmando que la concejala es “temeraria” y exigiéndole “rigor y garantías técnicas que avalen la celebración de la feria sin exponer a la población a nuevos contagios”.
El socialista Daniel Pérez (ver vídeo) cree que las bases sobre las que se rige la concejala de Fiestas” son muy precipitadas” al hallarnos en escenario de crisis sanitaria de la que aún se desconoce su salida. De paso ha aprovechado para criticar al equipo de Gobierno de PP y Cs en el que ve una “total ausencia de liderazgo existente en el Ayuntamiento”.
Adaptar las tradiciones a la nueva realidad
Pérez no habla de suspender la feria definitivamente sino que abre la puerta a que, en base a como vaya evolucionado la crisis pandémica, como acontece la desescalada y contando con un plan B, estudiar su traslado a otra fecha. Para Pérez, “la celebración de la Feria no es la máxima prioridad en la actualidad, sino la recuperación económica. Tampoco hay que crear falsas expectativas a la ciudadanía, debemos ser realistas. Es cierto que la Feria es un elemento económico y social importante, pero no podemos obviar que esto jamás puede entrar en competencia con la salud de las personas. Habrá que adaptar nuestras tradiciones a la nueva realidad, y quizá esto suponga modificar de facto las fechas que normalmente barajamos”.
Un anuncio trampa como el del Gobierno andaluz con la Semana Santa
Adelante Málaga, la confluencia de Podemos e IU, considera una “temeridad” las declaraciones de Teresa Porras y le ha pedido “rigor y garantías de que cuenta con certezas e informes técnicos que avalen que pueda tener lugar sin exponer a la población a nuevos contagios”. Su portavoz, Eduardo Zorrilla considera prioritario “elaborar un plan de desescalada local que no se base en especulaciones o intereses empresariales, en caso contrario, nos tememos, que estaría incurriendo en una auténtica imprudencia”.
Zorrilla tiene claro que “la gente en Málaga ahora lo que quiere saber es qué pasa con el empleo, cómo llenamos la nevera, cómo nos podremos mover por la ciudad con seguridad, cómo cuidamos de nuestros mayores, de la infancia, cómo diversificamos el modelo productivo y laboral para no depender tanto de un sector tan sensible como el turismo, cómo afrontar el pago de impuestos o cómo evitar y afrontar un posible rebrote de la pandemia. Eso es ahora lo central”.
La concejala de Adelante y viceportavoz, Paqui Macías, se cuestiona si “no se tratará de un anuncio trampa, al estilo de la del Gobierno andaluz en una fase inicial con la Semana Santa que, aunque eran conscientes que no se iba a poder celebrar, no lo afirmaban así, para pretender que se visualizara públicamente que la suspensión era responsabilidad del Gobierno Central”.