El Tribunal Supremo ha decidido restituir la Medalla de Oro de la Provincia al exministro franquista José Utrera Molina, cancelando la retirada acordada en 2016 por la Diputación de Sevilla. El fallo subraya que no se demostró que la distinción de 1969 estuviera vinculada a su papel en el régimen, sino que se justificó por su labor como gobernador civil y el “progreso” que se le atribuía.
Así, casi diez años de litigio terminan con una recompensa para uno de los hombres fuertes del franquismo y suegro del exministro de Justicia Alberto Ruiz-Gallardón, que, casualmente, acapara ahora menciones al recordar que siendo ministro de Justicia con Rajoy, tuvo que dimitir tras intentar derogar aspectos de la ley del aborto de Zapatero para volver al modelo de la ley de 1985, en la que las mujeres tenían que alegar motivos para justificar su decisión.
Falangista hasta en su sepelio
La fidelidad de Utrera Molina al franquismo no murió con él. Su funeral en Nerja, en abril de 2017, fue un auténtico homenaje al régimen con cánticos del ‘Cara al Sol’, exhibición de símbolos falangistas y una celebración que la Junta de Andalucía y asociaciones memorialistas calificaron como acto de “exaltación del franquismo”. La Fiscalía de Málaga archivó la denuncia presentada por Podemos. Pareciera que en España, a veces, glorificar el franquismo sigue siendo prácticamente gratuito.
Carrera de un hombre del régimen
Málaga lo vio nacer y Nerja lo vio morir, con 91 años, después de una carrera política que habría hecho sonrojar a cualquier demócrata. Gobernador civil de Ciudad Real, Burgos y Sevilla, subsecretario de Trabajo, ministro de la Vivienda, ministro Secretario General del Movimiento y vicepresidente del Gobierno, Utrera Molina pasó su vida sirviendo al dictador Franco y a los principios falangistas.
Tras el asesinato de Carrero Blanco, asumió la Secretaría General del Movimiento con Carlos Arias Navarro y, tras la muerte del dictador, votó en contra de la Ley para la Reforma Política que ponía fin a los Principios Fundamentales del Movimiento. Siempre fiel, siempre falangista, siempre al servicio del régimen.
Impunidad prolongada y homenajes
Miembro del llamado “Búnker” y del patronato de la Fundación Francisco Franco, fue nombrado Caballero de Honor en 2012. Intentó entrar en la democracia como candidato al Senado por Alianza Popular en 1977, sin éxito. En 2014, la jueza argentina María Servini emitió una orden de extradición contra él por su implicación en la ejecución de Salvador Puig Antich, pero la Audiencia Nacional española la ignoró.
La Ley de Memoria Histórica obligó al Ayuntamiento de Sevilla a retirar su nombre del callejero en 2016. Nueve años después, el Supremo decide devolverle la Medalla de Oro. La historia del franquismo parece que aún en democracia, a veces, no se puede tocar.
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