Ocurrió en la sesión parlamentaria de control al Gobierno del pasado día 15. La portavoz de Adelante Andalucía, Teresa Rodríguez, le hizo al presidente de la Junta una pregunta sobre el gasto educativo real del Ejecutivo con el propósito de desenmascarar a una Administración cuyos gestores son, en su opinión, los “campeones mundiales del maquillaje estadístico”.

Fue al final de su turno de réplica cuando Rodríguez deslizó, casi de pasada, la que seguramente ha sido la pregunta más embarazosa que le han formulado a Juan Manuel Moreno desde que es presidente: “En mayo estuvo usted en el colegio de Málaga donde estudió, un centro público, como dijo usted muchas veces, sacando así a relucir su vida privada; por eso, me gustaría saber cuál es su apuesta personal, si es por la educación pública, la privada o la concertada, ¿cuál es el tipo de centro que eligen en su casa?”

Como cabía esperar, Moreno no contestó a la pregunta de Rodríguez sobre el colegio donde estudian sus hijos. De hecho, tampoco contestó en sentido estricto al resto de cuestiones planteadas por la portavoz en relación a las políticas educativas del Ejecutivo del Partido Popular.

En realidad, que los presidentes no contesten a las preguntas de sus oponentes es un vicio político que el Parlamento andaluz comparte con el resto de cámaras territoriales y estatales. A los datos estadísticos esgrimidos por Teresa Rodríguez que revelarían la desatención de la Junta a la educación pública, el presidente se limitó a reprochar a la diputada por Cádiz que manejara “cifras manipuladas” yvaloraciones cargadas de ideología”.

Tal como recordó Rodríguez, en mayo el presidente visitó el colegio Giner de los Ríos de Málaga, donde estudió hace 45 años. "Yo he sido presidente de la Junta estudiando en este cole, así que vosotros podéis llegar a ser presidente, empresaria, lo que queráis cada uno de vosotros", les dijo entonces a los alumnos.

Colegios y ministros

Aunque Moreno ni siquiera se dio por enterado de la pregunta sobre el tipo de colegio donde estudian sus hijos, la opción educativa elegida por los gobernantes es un hecho políticamente relevante. “La nueva ministra de Educación lleva a su hijo a un colegio privado”, titulaba el digital Voxpópuli una información en julio del año pasado, poco después de sustituir Pilar Alegría a Isabel Celáa al frente del ministerio.

La información firmada por Fernando Asunción precisaba: “La recién nombrada ministra de Educación es madre de un único hijo que está escolarizado en un centro privado. En concreto, se trata del Liceo Francés Molière de Zaragoza, una conocida escuela internacional que emplea el bilingüismo y en la que según las fuentes de este diario se educa el pequeño de Alegría”.

Y en su día el también ministro socialista José Blanco tuvo que dar no pocas explicaciones para justificar por qué llevaba a sus hijos a un colegio privado. "Deseo que tengamos en Madrid la mejor educación pública para todos. El colegio público al que tenía que llevarles no era bilingüe y tomé una decisión que me ha supuesto un gasto personal. Pero ha sido mi decisión", explicó Blanco.

El colegio donde estudian los hijos de los gobernantes no es un dato políticamente inocuo. Ni de carácter privado. En marzo del año pasado el digital El Español desvelaba que los hijos del presidente Pedro Sánchez y de su vicepresidenta Yolanda Díaz cursaban estudios en el instituto público madrileño Ramiro de Maeztu.

Educación segregada

Salvo que hayan cambiando de centro, el elegido en 2014 para sus hijos por Juan Manuel Moreno y su mujer, Manuela Villén, fue el exclusivo colegio de élite Highlands School, situado en la zona residencial de Montequinto, cercana a Sevilla, cuyo precio por alumno de Primaria era entonces de unos 4.500 euros al año, sin incluir comedor y transporte escolar, en cuyo caso el precio se aproximaba a los 6.000 euros, cantidad que a su vez sobrepasaba los 7.000 si se incluían actividades extraescolares. En Primaria y Secundaria, el colegio segrega a los alumnos por sexos ('educación diferenciada', en la terminología del sector).

El dato fue desvelado por Andalucesdiario.es después de que, en una entrevista en la cadena Cope a pocas semanas de las elecciones autonómicas, Moreno se quejara de que la Junta de Andalucía no les hubiera dado el centro escolar que habían pedido.

El candidato del PP a presidir la Junta de Andalucía interpuso una denuncia ante la Fiscalía de Menores para que se investigara "quién ha filtrado y por qué" desde la Consejería de Educación los datos sobre la solicitud de plaza escolar de dos de sus hijos y sobre el centro al que asistían sus hijos.

Tras cambiar su residencia de Málaga a Sevilla, el periodista Carlos Herrera le preguntaba a Moreno en aqeulla entrevista cómo habían obtenido sus hijos plaza escolar en Sevilla. Moreno contestaba así: “Mis niños no han tenido plaza escolar en Sevilla porque la pedí y no me la dieron, me mandaron prácticamente a la otra punta, con lo cual no me quedó opción que llevarlos a otro colegio que, lógicamente, he tenido que pagar, en contra del criterio de lo que tendría que ser según la Junta de Andalucía”. 

Cuestión de baremo

La respuesta del entonces candidato daba a entender una vaga persecución política. En realidad, lo sucedido fue que de cara al curso escolar 2014-2015, el líder del PP pidió, en efecto, colegio para sus dos hijos de 5 y 4 años en edad escolar, pero al referenciar la solicitud a su domicilio laboral –la sede regional del PP, en la calle San Fernando de Sevilla– el baremo solo le otorgaba 6 puntos, muy lejos de la media de 15 que sumaban los alumnos cuyo domicilio familiar estaba en esa misma zona limítrofe. 

El Highlands School es un centro católico perteneciente a la congregación de los Legionarios de Cristo, que también contaban entonces con la Universidad Francisco de Vitoria y siete colegios más en toda España, cuatro en Madrid, dos en Barcelona y uno en Valencia. 

En el ranking anual que publicaba el diario El Mundo solía figurar entre los 100 mejores colegios de España. En el folleto informativo del centro, además de la inmersión lingüística y otros aspectos educativos, se resalta la importancia dada a la formación espiritual, donde “ocupan un lugar central la celebración de la Eucaristía y la Confesión”.