Sevilla se ha convertido en la ciudad española de mayor población y en la primera andaluza que ha implantado el sistema de devolución y recompensa digital “Reciclos” para incentivar el reciclaje de latas y botellas de plástico de bebidas y reconocer la labor de los buenos ciudadanos. 

A la iniciativa de Ecoembes, la organización sin ánimo de lucro que gestiona en toda España la recogida de los contenedores amarillos (latas, plásticos y bricks) y de los azules (papel y cartón), se han sumado en Sevilla el Ayuntamiento y Lipasam, la empresa municipal encargada de la limpieza y la recogida de residuos.

Desde el 23 de noviembre se han adherido en Sevilla a Reciclos 1.400  de los 700.000 habitantes de la ciudad. La cifra no es muy alta, pese a la campaña desarrollada en paradas de autobús y otros soportes publicitarios, porque este sistema nace con muchas limitaciones y deficiencias. No se entiende que se dejen fuera de esta primera experiencia de reciclaje digital a través de los móviles la mayor parte de los residuos que se depositan en los contenedores amarillos y que no se haya incluido el cartón y el papel de los contenedores azules, que son también competencia de Ecoembes.

Los premios que se obtienen por reciclar son puntos llamados reciclos que se pueden donar a proyectos sociales como el Banco de Alimentos o canjear por participaciones en sorteos de bicicletas, descuentos en transporte público o productos locales. Pero el estímulo resulta muy escaso al limitarse tan solo a las latas y a las botellas de plástico de bebidas.

Las críticas no han tardado en llegar. Para Ecologistas en Acción de Sevilla se trata de "un intento más de lavado de cara de Ecoembes, cuya gestión de envases no se sostiene", un "parche que no ayuda nada al retraso e ineficiente gestión de los residuos, ya que continúa fomentando el consumismo, en vez de abogar por la prevención o la reducción."

Recompensar el buen comportamiento del ciudadano comprometido con su entorno era una asignatura pendiente en España, pero aprobada y con nota en otros países del norte de Europa que nos llevan años de adelanto en la implementación de la economía circular. Lástima que una buena innovación como Reciclos nazca lastrada por sus carencias y limitaciones, que de no corregirse pronto la condenarán al fracaso.