El año 2018 fue bueno en términos de creación de empleo y, en consecuencia, el Gobierno autonómico de Susana Díaz convirtió esa evolución positiva en uno de los ejes de su discurso público: las políticas de la Junta eran eficaces y contribuían a crear empleo.

La propaganda de Díaz no era exclusiva de la última presidenta socialista: en ello imitaba a sus antecesores, del mismo modo que estos imitaban a otros presidentes autonómicos que intentan patrimonializar políticamente la evolución de la economía cuando esta es positiva... y culpar al Gobierno central si los datos son malos y su presidente pertenece a un partido distinto del suyo.

Sin embargo, un vistazo somero a la curva –que ilustra este análisis– de evolución del desempleo en Andalucía durante los últimos 17 años evidencia que es prácticamente la misma que en España y que la Comunidad no ha logrado reducir el diferencial con la media nacional.

Y lo mismo sucede en otras Comunidades, como Castilla y León o Cataluña, donde las tasas de paro son inferiores a la media nacional: su evolución ha corrido paralela prácticamente a la de España durante todos estos años. 

La impostura

Roza, pues, la impostura, cuando no el ridículo, pretender –como hacía el Gobierno de Susana Díaz o viene haciendo ahora el de Juanma Moreno– que los buenos datos de un mes, un trimestre o incluso un año concreto se deban, salvo casos muy puntuales, a las políticas autonómicas para combatir el desempleo.

La raya del ridículo siempre es posible, no obstante, sobrepasarla: por ejemplo, pretendiendo que la buena tasa de reducción interanual del paro –de julio de 2018 a julio de 2019– en Andalucía es mérito exclusivo del nuevo Gobierno andaluz porque tiene un acuerdo parlamentario estable o porque ha suprimido el impuesto de sucesiones a quienes heredan más de un millón de euros.

Parece obvio que, puesto que de julio a diciembre de 2018 gobernaron los socialistas, el mérito habría que repartirlo a partes iguales entre este Gobierno y su antecesor, aunque el mérito no sea en realidad ni de uno ni de otro. Al atribuírselo a sí mismos sin empacho, alguien podría pensar que toman por tontos a los ciudadanos.

¿Listo en Cádiz y tonto en Sevilla?

Los datos de empleo de julio, conocidos hoy, han sido malos tanto en España como en Andalucía, aunque menos malos en nuestra que Comunidad que en el resto del país.

Andalucía fue en julio la región en la que más se redujo el paro: descendió en 5.100 personas (–0,67 por ciento), mientras que en toda España solo lo hizo en 4.253 personas (–0,14 por ciento). En consecuencia, el Ejecutivo de PP y Ciudadanos se ha apresurado a apuntarse el tanto.

"Volvemos a liderar la bajada del paro en julio con 5.100 andaluces desempleados menos, unos datos que nos dan fuerzas para seguir trabajando duro en la lucha contra el paro", escribía hoy el presidente Moreno en su cuenta de Twitter.

Sin embargo, la territorialización de los méritos conduce a absurdos como el de que el Gobierno andaluz habría aplicado hábilmente eficaces políticas a favor del empleo en las provincias de Cádiz, Málaga, Jaén y Granada, ya que en todas ellas bajó el paro en julio, pero habría sido muy torpe en las de Córdoba, Sevilla, Almería y Hueva, donde por desgracia el desempleo se incrementó.