¿Por qué ha decidido el PP incluir en la agenda política andaluza un supuesto adelanto electoral de las autonómicas a todas luces inverosímil? Es la pregunta que se hacen muchos socialistas… y bastantes populares. ¿A cuento de qué insinuar que Susana Díaz estaría tramando un adelanto de las elecciones cuando no hay nada en el inmediato horizonte político que avale esa opción?

El Gobierno autonómico está sostenido por una sólida mayoría parlamentaria gracias al respaldo de Ciudadanos, que no solo acaba de dar luz verde a los Presupuestos de 2018, sino que, más allá de tensiones puntuales, se siente en general bastante satisfecho con el grado de cumplimiento de los compromisos adquiridos por Díaz a cambio de su investidura como presidenta en junio de 2015.

Casas y bolsillos

Y, sin embargo, por algún motivo que no es fácil de adivinar los estrategas de la calle San Fernando han decidido lanzar al ruedo político el fantasma del adelanto electoral. El último en hacerlo ha sido el presidente del partido, Juanma Moreno, en la sesión de control de la semana pasada a la presidenta, que seguramente no esperaba la extravagante alusión del líder del PP a un posible adelanto electoral.

Tampoco se entendió bien en esa sesión parlamentaria la insistencia en que no él no tiene nada que ocultar sobre sus ingresos. De hecho, Moreno volvió hablar del asunto reprochando a Díaz que hubiera tenido su "declaración de la renta encima de la mesa". En la sesión anterior, la presidenta le dijo a Moreno que ella  tenía los bolsillos de cristal y sí se pagaba su casa. ¿Estaba sugiriendo que Moreno no se paga la suya? Desde luego, la insinuación molestó mucho al líder del PP.

Ayer mismo, en una entrevista en la cadena SER, la presidenta volvía a recordar que en numerosas ocasiones ha dicho "por activa y por pasiva" que agotará la legislatura. Aun así, el PP no la cree. Díaz aludió también al supuesto “nerviosismo” de Moreno, que estaría temeroso por los resultados que obtendría la formación popular en las próximas elecciones autonómicas. Pero si fuera cierto ese temor a unos malos resultados, ¿qué rendimiento obtiene el PP al augurar un adelanto que le perjudicaría? Curarse en salud, parecen pensar en el PSOE.

Las encuestas

Dos semanas antes de que Moreno aludiera en el Parlamento al adelanto electoral, la portavoz del grupo, Carmen Crespo, ya lo hacía en una entrevista a Europa Press donde, sorprendentemente, daba por supuesto que las encuestas eran favorables a la presidenta y por eso esta estaría pensando en interrumpir la legislatura: Díaz funciona a golpe de encuesta y de ella podemos esperar cualquier cosa, además de que no mira por los intereses de los andaluces".

Un dirigente socialista comentaba a EL PLURAL la “enorme torpeza” que significa que un partido dé por hecho que su adversario va por delante en las encuestas. “Más bien suele ocurrir lo contrario, que los partidos no demos credibilidad a los sondeos que nos sitúan como perdedores”, razonaba este interlocutor, que también recordaba que no se publican encuestas electorales desde hace meses.

Otra hipótesis que barajan los socialistas sobre la conducta de Moreno es que se siente contestado internamente, con problemas orgánicos de importancia en varias provincias. “Todo lo que sea desviar la atención le viene bien”, vienen a decir.

Ventaja socialista

Una de las últimas data de julio pasado y  fue publicada por La Opinión de Málaga. La empresa encuestadora era Celeste-Tel, que hizo 2.450 encuestas telefónicas con este resultado: PSOE 35,8 por ciento de los votos y 47 escaños y PP 25,5 por ciento y 31 escaños, dos menos de los obtenidos en marzo de 2015. Por su parte, Ciudadanos ganaría esos dos escaños perdidos por el PP mientras que Podemos sumaría uno más a costa de Izquierda Unida.

Fuentes socialistas consultadas por EL PLURAL aseguran que las encuestas que maneja el partido arrojan resultados parecidos e incluso peores para el PP: “Con Moreno están claramente a la baja, un verdadero desastre para ellos, que obtendrían un resultado aún peor que el de 2015, que ya fue malo en términos históricos”.

Fuentes del PSOE andaluz niegan con rotundidad que esté en la cabeza de la presidenta la idea de adelantar elecciones. ¿Y no podría hacerlo en el último trimestre del año que viene? La negativa en este caso mucho más matizada: al fin y al cabo, los socios de gobierno suelen distanciarse cuando se acercan las elecciones, y 2019 es año electoral de autonómicas y municipales: “En ese caso hablaríamos en realidad de un adelanto técnico, no político como lo sería ahora”.

Interés personal

La estrategia popular pasa por seguir desacreditando a Díaz por su derrota en las primarias de su partido e insistiendo en que solo la mueve el interés personal. Ese egoísmo explicaría, según los populares, sus planes de convocar elecciones.

En el PP recuerdan, además, que Díaz ya adelantó elecciones cuando gobernaba con IU, en la pasada legislatura. El escenario, sin embargo, es hoy muy distinto. La estabilidad parece ahora garantizada, mientras que con IU no lo estaba, sobre todo después de sustituir Antonio Maíllo a Diego Valderas al frente de la federación de izquierdas.