“Moreno Bonilla tiene un problema grave con la sanidad andaluza”. Es el diagnóstico que ha hecho hoy en rueda de prensa la portavoz adjunta del grupo socialista en el Parlamento, María Márquez, a propósito de los 8.000 sanitarios que la Junta de Andalucía despedirá pese a que el presidente prometió que no lo haría.

Márquez ha acusado al presidente de haber "mentido a todos los andaluces" en la Cámara autonómica el pasado viernes, cuando explícitamente descartó despedir a ninguno de los 20.000 profesionales sanitarios contratados en Andalucía como refuerzo durante la pandemia de Covid-19.

Los sindicatos de la Mesa Sectorial de Sanidad CCOO, UGT, CSIF y Satse rechazaron el martes la oferta del Servicio Andaluz de Salud (SAS). Para los sindicatos, estos 8.000 trabajadores "se van a la calle" cuando terminen contrato el 31 de octubre, y además los 12.000 que sí van a ser renovados "lo harán solo por seis meses".

La portavoz socialista ha urgido al Gobierno autonómico a que, como le exigen los sindicatos, "de manera inmediata rectifique" sus planes y le ha advertido lo que ya en día le advirtió su compañera Ángeles Férriz: "Las mareas en defensa de la sanidad pública suben y bajan".

Precisamente hoy, un centenar de  sanitarios se han concentrado a las puertas del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla para protestar por los recortes, con gritos de “Este consejero es un embustero”, en referencia al titular de Sanidad. Jesús Aguirre.

María Márquez ha remarcado que la portavoz parlamentaria del PSOE-A, Ángeles Férriz, ha preguntado repetidamente a Moreno durante las sesiones de control parlamentario al Gobierno andaluz "por la necesidad de defender" la sanidad pública en general y "expresamente en más de una ocasión si iba a despedir a profesionales sanitarios".

"Y Moreno dijo que no les iba a despedir", pese a lo cual "nos hemos desayunado estos días" con informaciones que evidencian que "el presidente mintió", algo que en el Parlamento "es gravísimo" y "un claro gesto de lo poco que le importa al presidente" la Cámara donde "está representada la soberanía del pueblo andaluz", según ha remarcado.

Igualmente, la portavoz del grupo parlamentario Unidas Podemos por Andalucía (UPporA), Inmaculada Nieto, ha considerado que la decisión de no despedir una vez que terminen sus contratos el 31 de octubre a 12.000 de esos 20.000 trabajadores, y no a todos ellos, ha sido "un apaño" de la Junta "ante la fortísima presión" recibida "tras poner sobre la mesa una medida incomprensible" como sería la de "poner en la calle" a la totalidad de plantilla de refuerzo.

Piensa Nieto que la Junta tiene ahora "una oportunidad para reforzar el Servicio Andaluz de Salud con más personal", y ha subrayado que a su grupo no le parece "en modo alguno momento de despedir a 8.000 sanitarios con lo que está cayendo no sólo por la pandemia", sino también "por los problemas que está agravando" dicha crisis sanitaria "en un sistema que ya estaba tocado con anterioridad".

El portavoz del Ejecutivo, Elías Bendodo, por una parte culpaba ayer al Gobierno de España de la pérdida de esos 8.000 contratos porque “nos ha retirado la partida Covid por la que pudimos contratar a este personal”, pero por otra exculpaba al SAS de los despidos porque la mayoría de los profesionales a los que no se renovará el contrato, recalcó, pertenecen a categorías como auxiliares, celadores, o personal de administración, entre ellos los 5.000 contratados para realizar análisis clínicos.