¿Es posible pelearse incluso en aquello en que se está de acuerdo? Si hablamos de la izquierda, en efecto, es posible. Los grupos socialista, por una parte, y de Podemos e IU, por otra, han presentado en el Parlamento andaluz dos proposiciones de ley para la no discriminación por razón de orientación sexual e identidad de género en Andalucía –terminología de la iniciativa socialista– y para garantizar los derechos de las personas que se reconocen como Lgtbi y erradicar la LGTBIfobia en Andalucía –terminología de Podemos–.

En teoría y salvo que una negociación política lo impida, como es lo más probable, el Parlamento podría acabar aprobando dos leyes que dicen no exactamente pero sí aproximadamente lo mismo. Lo lógico es que durante los trámites en comisión se alcance un acuerdo que haga que ambas propuestas decaigan y que se presente una tercera por parte de los cinco grupos y sea aprobada en lectura única. Aun así, mejor no descartar nada: el clima entre PSOE y Unidos Podemos está tan enrarecido y sus relaciones tan enconadas que todo es posible.

La lucha por la hegemonía

En realidad, lo sucedido ayer sobre las tablas del Parlamento de Andalucía es una pieza dramática cuyo telón de fondo es la encarnizada guerra por la hegemonía de la izquierda que mantienen las dos formaciones y en al que, por cierto, también cabe incluir la cruenta batalla orgánica que viene viviendo el Partido Socialista en los últimos meses. 

La propuesta del PSOE se aprobó por unanimidad, con el voto incluso de Podemos, mientras que la del partido morado logró los votos de todos los grupos salvo el socialista. “Hemos dado una lección de elegancia parlamentaria”, decía a EL PLURAL.COM un portavoz de la formación morada.

Aunque el Pleno del Parlamento andaluz ha dado luz verde este miércoles a la toma en consideración de ambas, no sin astucia Podemos se había adelantado varias semanas a los socialistas al presentar su proposición legislativa, lo cual a su vez fue interpretado por el partido del Gobierno como un intento de los morados de “robarnos la bandera de la igualdad sexual” que el PSOE, insisten en recordar, fue el primero en izar desde el Gobierno de España cuando José Luis Rodríguez Zapatero fue inquilino de la Moncloa.

Los socialistas andaluces creen que Podemos no jugó limpio al presentar unilateralmente su iniciativa dos meses atrás, cuando perfectamente podían haber consensuado su proposición con los de Susana Díaz. Similar acusación ha hecho Teresa Rodríguez al PSOE-A: "No está pensando en los colectivos afectados, sino en robarle la iniciativa a otros grupos políticos".

El PP da la sorpresa

La posición más llamativa en la Cámara fue, sin embargo, la del PP. Su diputada Esperanza Oña acusó al PSOE de mentir al decir que es el único que lleva la bandera de este colectivo y calificó la ley registrada por Podemos de "mejor, más avanzada y ambiciosa" que la del PSOE-A. Obviamente, en la formación que lidera Teresa Rodríguez están encantados con Oña, aunque no lo esté tanto el propio PP, muchos de cuyos votantes nunca estarán de acuerdo en permitir, como propone Podemos y apoya de entrada el PP, que los menores desde los 16 años puedan operarse para cambiar de sexo sin consentimiento paterno.

No obstante, la posición avanzada de Esperanza Oña en estos temas, tan espinosos para una mentalidad conservadora, no es nueva: la parlamentaria por Málaga ya sorprendió en la pasada legislatura andaluza con su valentía al respaldar la muy avanzada Ley de Transexualidad promovida por el Gobierno de PSOE e IU y finalmente apoyada por el Grupo Popular.