Su nombre es Antoñito, tiene 10 años y ha sido uno de los casos aireados por la prensa menos disimuladamente conservadora en su tenaz campaña contra el impuesto de sucesiones y donaciones.

Como se sabe, de dicho impuesto ya estaban exentos en Andalucía todos los herederos salvo aquellos que recibieran de familiares de primer grado más de un millón de euros, aunque el pasado 9 de abril el Consejo de Gobierno lo suprimió también para los millonarios.

El niño y la niña

El caso de Antonio, huérfano de padre desde los dos años, lo esgrimió ayer Albert Rivera durante el primer debate a cuatro en Televisión Española.

El recurso retórico de Rivera vendría a ser el equivalente de la célebre 'niña de Rajoy', con cuya tierna historia el candidato conservador intentó en vano conmover a los telespectadores en el debate electoral mantenido con José Luis Rodríguez Zapatero en 2008.

El interpelado era en esta ocasión el candidato socialista Pedro Sánchez, que eludió no ya el cuerpo a cuerpo con el líder de Ciudadanos, sino incluso replicar a su rotunda descalificación –y deslegitimación– de un impuesto que sigue vigente en Bélgica, Francia, Países Bajos, Dinamarca, Alemania, Bulgaria, Luxemburgo, Finlandia o el Reino Unido, con porcentajes de recaudación sobre el PIB iguales o superiores al 0,2 por ciento del PIB que recauda la hacienda pública española.

El caso

La información publicada hace unas semanas sobre el pequeño aseguraba que era el arruinado más joven de España por el impuesto de sucesiones, dado que aún no había podido disfrutar de una herencia de casi 300.000 euros y, sin embargo, la hacienda andaluza le reclamaba 30.000 euros que con las multas e intereses de demora se elevaban ya a 60.000.

Fuentes del anterior Gobierno andaluz consultadas por EL PLURAL admiten su desconcierto ante un caso que no conocen a fondo porque las informaciones publicadas únicamente recogían la versión de la familia de Antonio, no la de los anteriores responsables autonómicos en materia fiscal.

“No entiendo –apuntan esas fuentes– cómo se puede plantear un impuesto sobre una herencia si esta no se ha ejecutado, como dice la noticia. Lo raro de verdad es que digan que no tiene bienes, entonces ¿cómo se habrá liquidado una cosa que no está a su nombre? Pues no lo sé”.

Las mismas fuentes añaden que “con la modificación legal que hizo el PSOE en 2018 esta herencia no hubiera pagado impuestos, habría estado exenta”.

Medias verdades

También Pablo Casado aireó en el debate el tema del impuesto de sucesiones haciendo esta arriesgada afirmación: “7.000 andaluces no podían recibir las casas de sus padres y abuelos porque había impuesto de sucesiones”.

Se trata, como recoge el diario El País, de una media verdad ya que “el candidato del PP elude decir que el impuesto de sucesiones ya había sido bonificado por el Gobierno de Susana Díaz en 2018 para herencias de hasta un millón de euros. El nuevo Gobierno andaluz –recuerda el rotativo– ha eliminado ahora el impuesto para aquellos que heredan más de un millón”.

¿Clase media y trabajadora?

Ni en el caso de Rivera ni en el de Casado respondió Pedro Sánchez, pese a que las sucesivas rebajas del impuesto exigidas por Ciudadanos al anterior Gobierno andaluz siempre estuvieron inspiradas en la filosofía de la progresividad fiscal.

De ahí que los únicos contribuyentes que pagaban ya el impuesto fueran únicamente los millonarios, aunque el Partido Socialista hubiera preferido mantener el tope de la exención fiscal en los 250.000 euros siempre que el patrimonio del heredero no superara los 450.000 euros, cantidades ambas que difícilmente pueden atribuirse a una persona de ‘clase media y trabajadora’, como aseguran machaconamente el PP y Ciudadanos al defender la bonificación del 99 por ciento del impuesto.