Esta semana varias mujeres denunciaron una negligencia en el Servicio Andaluz de Salud por el que no habían sido notificadas de que sus pruebas diagnósticas habían resultado positivas, acarreándoles un duro perjuicio y retraso en el tratamiento y abordaje del cáncer de mama. Una vez conocidos estos testimonios, decenas de mujeres andaluzas se sumaron a estas denuncias, hasta que la Junta ha reconocido que al menos hay 2.000 pruebas en duda en estos momentos.
No obstante, el Servicio Andaluz de Salud lleva incumpliendo el protocolo de recomendaciones para el diagnóstico y tratamiento del cáncer de mama de Andalucía desde, al menos, “los últimos cuatro o cinco años”, desde que comenzó a “privatizarse”, tal y como ha denunciado el secretario de Salud de UGT-A, Antonio Macías.
En concreto, todos los protocolos, el primero elaborado en el año 1999, especifican claramente que las mujeres deberán ser notificadas de sus pruebas, sea el resultado positivo, duda de lesión benigna o negativo, algo que el SAS no cumple, sobre todo en este último caso. Este incumplimiento del protocolo pondría sobre duda cientos de miles de mamografías de mujeres andaluzas que se han realizado durante los últimos años, ya que el no ser notificada no es sinónimo de que todo va bien, sino de que la Administración está fallando. Este fallo ha sido comunicado por las propias "víctimas" del sistema, que explicaron en los micrófonos de Ser que les advertían de que si no les avisaban sobre los resultados no se preocuparan, para encontrarse que, seis meses y un año después, tenían indicios de que algo "no iba bien".
Además, ha sido el propio presidente andaluz, Moreno Bonilla, quien en una atención a medios en el día de ayer reconoció que el funcionamiento que estaba llevándose a cabo por parte del SAS incumplía a todas luces con el propio protocolo. Sin ruborizarse, el presidente llegó a afirmar que "no se avisaba a las mujeres para no introducirles un elemento de ansiedad", algo que ha generado una indignación tremenda.
Primero acusaron a las mujeres andaluzas con cáncer de manipuladoras, ahora Moreno Bonilla en vez de asumir su responsabilidad dice que era mejor no informar a las pacientes para no generarles ansiedad. Impresentable. pic.twitter.com/YXKpPK9J7w
— María Jesús Montero (@mjmonteroc) October 3, 2025
Cada año, en torno a medio millón de mujeres andaluzas de entre 50 y 69 años pasan por el Programa de detección precoz de cáncer de mama de la Junta de Andalucía. Según estipula el protocolo, que puede consultarse en la propia web del SAS, el resultado, en caso de ser negativo, “lo recibe la interesada por correo y en el caso de que deba ser derivada al hospital para completar el estudio o para realizar algún tipo de tratamiento también recibirá dicha cita por teléfono”. Según los testimonios de las mujeres denunciantes, esto ya no ocurre así, sino que son los propios cirujanos quienes les advierten que si no les llega una notificación es que “todo está bien”, aunque se ha comprobado de que esto es rotundamente falso.
En el Protocolo elaborado en 2002, de hecho, se especifica que, en caso de que el estudio de la mamografía realizada sea negativo, es decir, que no hay indicios malignos, se citará por carta a la mujer en cuestión para volver a realizarle una mamografía dentro de dos años, por el seguimiento marcado en el mismo protocolo.

La privatización del servicio es parte fundamental de lo que ha pasado
Macías ha explicado que antes existía personal administrativo que se encargaba de controlar todo lo que se hacía, con la figura del radiólogo en cada centro de referencia, encargado de gestionar todas las anomalías que pudieran aparecer y de forma personalizada se controlaba a todas las personas. “Tú no tienes nada, pues se le manda una carga, ha salido todo normal, no hay problemas. Al mismo tiempo que si había alguna duda se llamaba por teléfono”. Si el radiólogo veía una imagen dudosa, afirma Macías, lo “pasaba al personal de administración, ese personal se ponía en contacto con la persona y si no tenía éxito el propio personal del centro de referencia iba a su domicilio si hacía falta. Eso ahora no se hace”.
Estremece hasta doler escuchar el testimonio de una de las 2.000 mujeres afectadas por un diagnóstico tardío de cáncer de mama en Andalucía. pic.twitter.com/5BTKpxBKx6
— Juan Antonio Delgado (@JA_DelgadoRamos) October 3, 2025
El portavoz de salud del sindicato tiene el “convencimiento” de que la "privatización" del servicio es parte “fundamental” de lo que ha pasado. Sumado, cómo no, a las listas de espera, la “mala gestión y la falta de personal”. Además, advierte que esto tan solo es la “punta del iceberg”, porque si esto ha sucedido con un “programa estrella” como es el de la detección precoz del cáncer de mama, “imagínate lo que no puede suceder con cualquier otra persona que se encuentre cualquier anomalía y acuda por primera vez a su médico de cabecera y, a partir de ahí, entre en la rueda hasta que se le diagnostica y se trata”.
Macías, además, asegura que tiene constancia de que en algunos lugares el programa de cribado ahora no cubre ni el 70%, cuando antes se llegaba a más del 95%. El problema, además, es que con el nuevo procedimiento, cuando el radiólogo “que no sabemos dónde está”, deriva una mamografía dudosa al centro de referencia, esa petición entra en una lista de espera de pruebas diagnósticas, las cuales son “absolutamente vergonzosas” y que el SAS no actualiza desde 2019.
“O sea, hay miles y miles y miles de pruebas diagnósticas, no solamente de mamografías, de ecografías, de resonancia, que están pendientes y ahí van, a la cola. Pues claro, ahora mismo nos encontramos con esto que ha aparecido, y que ahora todo el esfuerzo va ahí. De hecho, ahora mismo en el Virgen del Rocío de Sevilla han quitado a gente, a radiólogos de otros programas o de otros servicios, y los están derivando, y solucionarán el problema pero engordarán otros tapones”.
Salud niega que no se informe
Desde la consejería de Salud de la Junta de Andalucía han negado que se esté incumpliendo el protocolo y que se está actuando tal y como marca el mismo. En este sentido, aseguran que los resultados de las pruebas siempre se comunican, sea este negativo o positivo. La diferencia, advierten, es que cuando el resultado es positivo se suele comunicar, normalmente, a través de una llamada telefónica, para tratar de explicarle a la paciente lo que se ha detectado y cuál es el proceso a seguir.
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