Lo dejó claro la semana pasada el coordinador de IU Andalucía, Toni Valero: “Hay que ir a espacios federales, no confederales”. Y lo remacharon ayer los representantes de la formación en la reunión que durante cerca de cinco mantuvieron en Sevilla con el resto de partidos que integran la confluencia Adelante Andalucía: Podemos y los minoritarios Izquierda Andalucista y Primavera Andaluza.

Estos dos últimos están alineados con las posiciones confederales de Podemos Andalucía y la apuesta de su líder Teresa Rodríguez por tener un grupo parlamentario propio en el Congreso, pero lo cierto es que sin el consentimiento de IULV-CA el proyecto independentista de los morados andaluces no es viable.

De hecho, las diferencias entre rojos y morados no son ideológicas –en ese ámbito no hay problema– sino orgánicas y de concepción territorial del partido. Rodríguez quiere que Andalucía tenga una identidad propia, reconocible e independiente en el Congreso, mientras que Valero está de acuerdo con lo de la identidad y con lo de reconocible, pero no con lo de independiente. “Federales sí, confederales no”.

Una pregunta incómoda 

Cuando, en su comparecencia de anoche ante los medios al término de la asamblea de Adelante Andalucía, los dirigentes Pablo Pérez Ganfornina (Podemos) y Ernesto Alba (Izquierda Unida) fueron preguntados por la marca electoral con que acudirán a las elecciones del 10 de noviembre, ambos lograron no contestar a la pregunta, que algo es muy distinto a no lograr contestarla.

No era fácil para ninguno de los dos transmitir mensajes de unidad creíbles ni tampoco despistar a los periodistas para que pasasen por alto el hecho incontrovertible de que, después de tantas horas de reunión, Izquierda Unida y Podemos mantenían discrepancias de gran calado sobre el modo en que Adelante Andalucía debe relacionarse con Unidas Podemos, la marca nacional con la que las formaciones roja y morada concurrieron a las elecciones legislativas del 28 de abril en todo el país salvo en aquellos territorios que cuentan con una marca local propia, como Galicia con En Marea o Cataluña con En Comú.

Ambos portavoces pusieron el énfasis en su coincidencia en salvaguardar y potenciar la confluencia Adelante Andalucía, pero no pudieron ocultar que la síntesis en materia orgánica había sido imposible.

La papeleta

Para IU sería una buena solución que en la papeleta electoral aparecieran los dos nombres: Unidas Podemos y Adelante. A Podemos, en cambio, esa alternativa le suena a algo así como ‘aceptar pulpo como animal de compañía’: una cesión de compromiso para que nadie abandona la mesa de juego, pero en ningún caso su opción preferida.

“Tenemos consenso –dijo Alba– en que Andalucía esté lo mejor representada en el Congreso. Tras exponer las distintas posturas que existen en cada organización, ahora las vamos a trasladar a nuestras direcciones federales para buscar la mejor salida para que Andalucía tenga voz en el Congreso”.

“Nosotros –explicó Pérez Ganfornina– no discutimos sobre una lista electoral, sino sobre un proyecto político que ponga en el centro la soberanía de Andalucía; hay un debate territorial abierto y decimos que si se abre melón constitucional Andalucía debe ser como la que más”.

Una pelota en tejado ajeno

“Podemos –puntualizaba Alba– propone grupo propio; nosotros, como IU, buscamos la línea que nos vincule a las organizaciones federales y a Adelante. Vamos a buscar la mejor lista de unidad y lealtad con las organizaciones federales”.

“Nos hemos escuchado y salimos con una confluencia más fuerte. Vamos a explorar todas las posibilidades con la intención muy clara de que Andalucía esté mejor representada”, terciaba el portavoz de Podemos.

Los participantes en la reunión acordaban, pues, poner la pelota en el tejado de las direcciones nacionales, pero Rodríguez y los suyos saben que ese terreno de juego les es adverso. Pablo Iglesias no quiere ni oír hablar de que Podemos Andalucía se desgaje de la casa matriz y Alberto Garzón, el coordinador de IU, sigue tan desdibujado que no le resulta fácil hacer oír su voz.