No lo ha dicho con todas las palabras, pero se le ha entendido. El alcalde de Sevilla, Juan Espadas, ha dado un paso en apariencia pequeño pero no tanto como para no interpretar que, claramente, se ha movido de la posición en la que estaba hasta ahora.

"Estoy para lo que los compañeros decidan", ha dicho hoy en Madrid al ser preguntado sobre si competirá con Susana Díaz en unas primarias del Partido Socialista para disputarle la Secretaría General.

Espadas no ha querido ir mucho más allá ni ser más explícito, pero en ámbitos socialistas se interpretan sus palabras como el preanuncio oficioso de que dará el paso que sectores sanchistas del PSOE andaluz le venían pidiendo.

Díaz quiere repetir

También hoy, Susana Díaz ha reiterado su determinación de concurrir a las primarias con "todas las ganas, las fuerzas y el coraje" cuando se convoque el congreso regional del partido, que tendría lugar una vez celebrado el congreso federal, todavía sin fecha aunque algunas informaciones dan por seguro que será a lo largo de este año.

Aunque, aun ganando las elecciones, perdió la Junta de Andalucía en diciembre de 2018, la secretaria general socialista considera que su hoja de servicios al partido la legitima para seguir al frente del mismo e intentar en 2022 la reconquista del poder institucional. Para sus críticos, sin embargo, el hecho de haber perdido la Junta la desautoriza como candidata con opciones de éxito. 

"Preguntadme más adelante"

El alcalde de Sevilla, que renovó mandato en las elecciones de mayo pasado mejorando los resultados de 2015, ha dejando entrever sus planes en un encuentro informativo hoy en Madrid para hablar de la Agenda Urbana 2030.

Cuando termine la actual legislatura local, en 2023, Espadas habrá cumplido "12 años en el Consistorio con diferentes responsabilidades", un periodo "suficiente" para dar por cerrada su etapa municipal, ha dicho.

"Seré un militante socialista activo y comprometido con el proyecto socialista en Andalucía, que debe volver a ser proyecto ganador", ha añadido Espadas, para quien el Ayuntamiento de Sevilla no es en ningún caso la antesala de su jubilación política.

También ha comentado el regidor hispalense que el partido está en un momento de renovación de equipos, lo que da pie a no pocas "especulaciones". ¿Significa eso que se presentará a las primarias del PSOE andaluz?, le preguntaron. "Según llegue el momento, se tomarán las decisiones; preguntadme un poco más adelante", zanjó.

Con Espadas, hay partido

Si Espadas da finalmente el paso que sugieren sus declaraciones de hoy, habrá partido, como suelen decir los comentaristas deportivos, aunque de entrada la favorita siga siendo Díaz por su conocimiento profundo del partido y su trato continuado con dirigentes locales y afiliados socialistas de toda Andalucía. 

Ciertamente, la actividad orgánica de Espadas ha estado cicunscrita a Sevilla, pero con el formato abierto de las primarias esa limitación de partida no tiene por qué ser determinante, sobre todo si su candidatura contara con el aval de la dirección federal del partido. ¿Cuenta o contará con ella? Es pronto para contestar con fiabilidad a esa pregunta.

Se desconoce si, como querrían sus seguidores en Andalucía, Pedro Sánchez se alineará con Espadas u otro candidato frente a Susana Díaz. La hipótesis de la neutralidad del secretario general en una plaza tan crucial como Andalucía es poco verosímil, pero también es cierto que Díaz ha dejado de ser un problema interno para Sánchez después de que en mayo pasado ambos firmaran la paz que todos los militantes ansiaban y que ha tranquilizado las aguas de la organización andaluza.

Una cierta deuda

Hace solo un año, Sánchez tenía todos los motivos para patrocinar un candidato alternativo en Andalucía. Hoy, muchos de esos motivos ya no existen, pero decir muchos no es lo mismo que decir todos. El sanchismo andaluz, sea cual sea el peso orgánico real del mismo, quiere a toda costa la cabeza de Díaz y Sánchez lo sabe. 

Por lo demás, desde mayo Díaz ha demostrado ser una aliada fiable y leal durante el comprometido proceso de investidura del presidente, cuyo entendimiento con los independentistas catalanes ha sido muy contestado por los barones socialistas de Aragón, Extremadura y Castilla-La Mancha, pero no por Díaz. 

De algún modo, Sánchez estaría en deuda con ella. Ahora bien: todo el mundo sabe que en política las deudas no siempre se pagan; de hecho, muchas veces ni siquiera se reconocen como tales deudas.