Ahora ha sido a propósito de la Ley de Bienestar Animal. Cuando Vox Andalucía se distancia del Gobierno andaluz y rechaza iniciativas políticas relevantes nunca es fácil saber si lo hace por el propio contenido de tales iniciativas o si su negativa obedece a una estrategia de ruptura dictada por la dirección nacional del partido.

Los vaivenes, rectificaciones, amenazas y retrocesos de la formación ultra parecen responder más a lo segundo que a lo primero, pero no hay que olvidar que la extrema derecha andaluza ha venido acumulando un cierto resentimiento contra Juan Manuel Moreno, para su gusto demasiado remolón a la hora de cumplir los compromisos políticamente más embarazosos contraídos con Vox para que éste hiciera posible su investidura como presidente.

Ayer, el portavoz del Grupo de Vox en el Parlamento de Andalucía, Manuel Gavira, fue taxativo: "No apoyaremos la Ley de Bienestar Animal que prepara el Gobierno de Juan Manuel Moreno por atacar la caza; de nuevo, el PP de Andalucía pretende imitar las políticas de la izquierda con un ataque frontal al sector estratégico de la caza".

Ciertamente, en otras ocasiones Gavira también se ha mostrado taxativo, pero para luego recular sin sonrojo. El portavoz ultra argumentó que el PP ha sucumbido “a la ignorancia socialista y comunista y a su animalismo radical” e hizo esta advertencia:

"Vox no va a apoyar una Ley de Bienestar Animal que contempla la desaparición de algunas modalidades de caza tradicionales como la cetrería, la caza de la perdiz con reclamo o la desaparición de algunas razas de perros de caza. No vamos a apoyar, como pretende el PP, que se prohíba a los cazadores criar sus perros de caza, una tradición centenaria que este Gobierno quiere sustituir por la venta de animales en centros de cría".

El Gobierno se defiende

La norma pretende actualizar la actual ley, de hace 18 años, y regular determinados extremos que competen a los animales y, en especial, a los de compañía para fomentar una tenencia responsable.

No es cierto, argumenta el Gobierno andaluz, que la ley dé la espalda al sector cinegético, y prueba de ello sería que la ley se propone excluir la caza del concepto de maltrato animal, además de "proteger a los perros de rehala".

Igualmente, la Ley de Bienestar Animal "busca el abandono cero y progresivamente el sacrificio cero de animales; regular las colonias felinas urbanas, la circulación y el acceso a espacios y transportes públicos o la creación del registro de centros de acogidas de animales de compañía".

Vox niega la mayor. Piensa que "el Partido Popular ha entrado en una peligrosa dinámica por disputarle el voto al PSOE pasando de las palabras a los hechos, legislando para contentar a determinados sectores de la izquierda y la extrema izquierda en un nuevo y absurdo intento por hacerse perdonar la vida y arrastrar votos".

Una vez más, Gavira lanzó la amenaza de rigor: "El PP de Moreno Bonilla tendrá que buscarse otros socios para dar este golpe mortal a la caza en Andalucía, pero esos socios no le van a servir para ocultarse tras ellos y dar la cara en las zonas rurales donde tarde o temprano tendrán que acudir. Tendrán que sostenerles la mirada a los cazadores y darles unas explicaciones que se van a tener que inventar ".

Los cazadores, con Vox

Vox no está solo en su rechazo frontal a la ley. La Federación Andaluza de Caza también denunciado que "el Gobierno Andaluz en ningún momento ha consensuado técnicamente el anteproyecto de ley con el sector cinegético durante su tramitación", pese a ser uno de los colectivos afectados, lo que evidenciaría que se trata de un "texto legal que responde exclusivamente a intereses animalistas y anticaza".

Estos son los principales reproches que la Fderación Andaluza de Caza le hace al anteporyecto: incluye la obligación de educar y socializar a los perros de caza (u otros animales auxiliares) para no dañar a otros animales; impide adiestrar perros de caza en su conducta innata; implica la mercantilización y profesionalización de la cría y venta de perros de caza; impone la esterilización obligatoria de animales antes de alcanzar el año de edad; no permite al cazador criar a sus propios perros de caza y aboca a la desaparición de algunas razas de perros de caza dado su escaso interés económico.