¿Favoreció la Consejería de Educación a la hermana del presidente de la Junta de Andalucía María Dolores Moreno Bonilla al nombrarla directora interina del Conservatorio Superior de Danza de Málaga, pese a haber obtenido 11 puntos menos, de un total de 50, en la baremación de méritos que la aspirante que quedó primera?

El consejero Javier Imbroda, fue duramente interpelado ayer en el Parlamento por los grupos de la oposición, pero sus explicaciones no convencieron a esta porque la prueba de cargo que justificaría la designación de Moreno en detrimento de la profesora Esperanza Utrera es un informe de la Inspección que el departamento de Educación se niega a mostrar, aunque se reserva “emprender acciones legales” contra quienes “mancillen el buen hacer” de los inspectores.

Sesión bronca

Sesión bronca en la Comisión de Educación del Parlamento y papeleta difícil para Imbroda porque se abordaba un asunto doblemente sensible: por tratarse de un supuesto caso de enchufismo y por afectar el supuesto ‘dedazo’ a una familiar directa del presidente de la Junta.

El consejero se aferra al argumento de que para otorgar esa dirección del centro de danza no era preceptivo hacer convocatoria pública alguna, sino que la decisión podría haberla tomado discrecionalmente la delegada provincia de Educación de Málaga.

A la oposición, sin embargo, no le convence la defensa que hace Imbroda: solo querían disfrazar el ‘dedazo’ pero la operación les salió mal, argumentan los socialistas.

Además de insistir en que “enseñara los informes”, la diputada socialista Beatriz Rubiño afeó al consejero que se escudara detrás de los funcionarios de la Inspección –“No voy a permitir que se ponga en cuestión su trabajo”, había dicho Imbroda–  y le lanzó este directo a la mandíbula: “Su única respuesta ha sido culpar a los técnicos y denostar a la otra candidata, que jamás fue cesada como directora de un centro”, en contra de lo dicho inicialmente por el propio Gobierno andaluz y negado reiteradamente por la profesora Utrera.

El punto débil

El punto débil del relato gubernamental es precisamente su tenaz secretismo sobre el informe técnico de la Inspección que, según el consejero, recomendaba dar el puesto a la hermana del presidente pese a haber obtenido 38,2 puntos sobre 50, frente a los 59,5 de Utrera y, al parecer, tras haber escuchado el testimonio de compañeros de la profesora descartada.

En principio, no parece verosímil que el dictamen contenga algún párrafo denigrante o que atente al buen nombre profesional de Esperanza Utrera, pues de ser así esta no habría denunciado el caso ante los tribunales de lo contencioso-administrativo, dado que cuando se celebre el juicio habrán de hacerse públicos los supuestos reparos a su idoneidad para ocupar el cargo.

Durante su intervención en la sesión parlamentaria de ayer, Imbroda llegó a decir que tenía inconveniente alguno en mostrar el informe a la oposición. Pero lo cierto es que, cuando la correosa diputada Rubiño se lo reclamó al término de las interpelaciones, el consejero no se lo enseñó.