El funcionamiento del Parlamento español ha variado a lo largo de la historia, no solo en lo referente al procedimiento legislativo, sino también en cuanto a su organización y a las normas reguladoras de la actuación de los parlamentarios. En la actualidad ya ha desaparecido la posibilidad de intervenciones improvisadas enla Cámara, así como las sesiones maratonianas que ha vivido el salón de plenos en algunos momentos de intensos debates. También ha tenido lugar un proceso de especialización de los propios parlamentarios, y asimismo los cambios en el sistema de partidos han dado lugar a que hoy día hayan desaparecido aquellas adscripciones de carácter personal que daban lugar a la configuración de corrientes en el seno de un mismo partido, pero definidas no con criterios ideológicos sino de vinculación a una determinada personalidad política.

En el sistema actual uno de los aspectos más significativos es de la configuración de grupos parlamentarios, cuya regulación está contemplada en el propio Reglamento dela Cámara. Allíse establecen los requisitos necesarios para constituir un grupo parlamentario en el artículo 23.1, y asimismo en el 24.3 se reseña también la posibilidad de que los diputados elegidos puedan asociarse a los miembros de un partido diferente a aquel por el que concurrieron a las elecciones y que en ese caso puede contribuir al cumplimiento de los criterios establecidos en el artículo anterior.

De acuerdo con la normativa, en el actual Congreso de los Diputados ni la fuerza independentista vasca, Amaiur, ni el partido de Rosa Díez, UPyD, podían constituir grupo parlamentario, y en consecuencia debían integrarse junto a otros diputados en el grupo mixto. En función de lo recogido en el art. 24, un diputado se ha asociado UPyD para que se le reconozca el grupo, con lo cual se cumple con lo establecido en el Reglamento. Sin embargo, dentro de poco ese parlamentario saldrá para incorporarse al grupo mixto, mientras que los representantes vascos no han gozado de ningún asociado y de entrada se han visto obligados a incorporarse al grupo mixto.

Rosa Díez es consciente de que ha cometido un pequeño fraude, no tanto por la asociación de quien ha concurrido con otro partido, sino porque se hace con la intención de hacer cumplir un requisito para poco después abandonar ese grupo originario y pasar al único permitido por el Reglamento, el mixto. Podríamos considerar esas actuaciones como tecnicismos, cuando en realidad no son sino mecanismos por los cuales los políticos se engañan a sí mismos, y que contribuyen de forma eficaz a que los ciudadanos se vean alejados de la política. Pero por encima de esa consideración, aún me parece más importante destacar que se ha cometido un error político. Amaiur debería tener su propio grupo, todo lo demás no hace nada más que contribuir al desarrollo de su victimismo frente a eso que ellos denominan “Estado español”, aunque en ningún caso renuncien a los mecanismos garantistas del mismo, incluido el recurso al Tribunal Constitucional.

La responsabilidad reside en quien tiene mayoría en la Mesa de la Cámara, es decir, en el PP, que ha demostrado su falta de cintura política, se ha dejado llevar por una concepción populista de la actuación parlamentaria, puesto que al tomar esa decisión sabía que iba a contar con el apoyo de un sector de la población que no entiende de matices en el análisis político y lo único que quiere escuchar es que Amaiur es la representación de ETA. Habrá que superar ese lenguaje, al tiempo que las demás fuerzas políticas deberían hacer lo posible por contrarrestar esa actitud, y a ello habría ayudado que tanto los socialistas como los convergentes hubieran votado a favor de la constitución del grupo y no se hubieran abstenido.