Que el presidente del PP andaluz y alcalde de Sevilla es un hombre de fuertes convicciones católicas ni es noticia ni es criticable. Entra en la libertad personal profesar las ideas que desee cada uno. Pero lo que si es criticable es que desde un puesto de responsabilidad como es la Alcaldía de Sevilla, se quieran imponer las convicciones religiosas en la propia gestión olvidándose de que se gobierna para toda la ciudadanía. El alcalde hispalense es el paradigma de esa imposición y lo demuestra día a día mezclando y confundiendo lo institucional con sus propias creencias políticas

Recientemente afirmó tras presidir una de las numerosas procesiones a la que tan aficionado es a encabezar, que la crisis pasaría pronto de la capital de Andalucía porque los sevillanos son muy creyentes. En concreto afirmó que "los sevillanos, en términos generales, creen mucho en Cristo, y en esta época en que se está pasando tan mal, confían en su ayuda para salir adelante". De la mano de Zoido se han quitado calles a artistas afamados como Pilar Bardem por su clara afinidad política de izquierdas mientras como informó ELPLURAL.COM, se han rotulado otras con títulos larguísimos como el de la calle 'Camino de la ermita de Nuestra Señora de Valme', algo que numerosos vecinos no deseaban por la complejidad para buzones y cartas de tan extenso nombre. En otra ocasión justificó el gasto municipal en tiempos de crisis por la asistencia a las Jornadas Mundiales de los Jóvenes al considerar “importantísimo” que la Virgen de Regla estuviera en dicho evento celebrado en Madrid.

Puro revanchismo político
Pero es que la llegada del PP al gobierno municipal de Sevilla con el alcalde Juan Ignacio Zoido aplicando sus confesiones religiosas a la ciudad, ha supuesto, entre otras muchas cosas, cambiar el nomenclátor de la ciudad, en algunos casos por puro revanchismo político, añadiendo nombres de vírgenes, hermandades o aspectos relacionados conla Iglesia o la religión católica.

Cambio de una calle de un barrio obrero
Según informaciones recabadas por ELPLURAL.COM del Grupo municipal de IU de Sevilla, el último caso que se conoce va a tener lugar el próximo día 8 de Noviembre en la JMD Bellavista-La Palmera. De nuevo el Partido Popular va a hacer valer su mayoría para aprobar el cambio de denominación de una de las plazas más emblemáticas en uno de los barrios más tradicionalmente "obreros" de la ciudad.

De plaza “roja” a plaza de la virgen
La Plaza de Las Cadenas, conocida como la "Plaza Roja" por haber sido testigo mudo de multitud de asambleas vecinales y centro de convocatorias políticas y sociales durante la dictadura franquista, en Bellavista, pretenden los populares que se llame a partir de ahora Plaza de María Santísima del Dulce Nombre. Y esto lo hacen sin contar con los vecinos y vecinas que viven allí.

Resistencia ciudadana
Las mismas fuentes de IU nos indican que tan solo hace un mes lo intentaron en la calle Caldereros sin contar con los vecinos y solo por el mero hecho de encontrarse en esa calle dicha hermandad, pero debido a una masiva recogida de firmas en contra de los mismos vecinos de dicha calle, ahora tratan de modificar el nombre a la plaza de las cadenas (nuevamente sin contar con los vecinos).

No aceptan propuestas
Hay que señalar que en el anterior mandato municipal, durante el gobierno PSOE-IU se le ofreció la posibilidad de otorgar el nombre de una calle del barrio (cambiada de nombre de forma forzosa por efecto de la Ley de Memoria Histórica) a su hermandad o a la virgen pero se negaron y ahora, de forma "revanchista, quieren hacerlo a toda costa y con la plaza más simbólica de un barrio tradicionalmente de izquierdas".