UNA. ¿Cómo podrá Cs no morir en el intento de dejar atrás el bloque de Colón teniendo en cuenta la debilidad de sus credenciales centristas, evidenciadas una vez más en la profunda división que ha provocado en el partido no el fracaso de la moción de censura en Murcia contra el PP, sino el hecho mismo de haberla presentado ¡y además de la mano de los socialistas!?

DOS. ¿La indignación en las filas naranjas habría sido la misma si la moción hubiera sido no de la mano del PSOE, sino de la mano del PP para desbancar a alguno de los contados alcaldes socialistas que lo son gracias a Cs?

TRES. ¿Cómo cohonestará Cs la contradicción de estar gobernando con el mismo partido que ha llamado abiertamente a sus afiliados y dirigentes a abandonarlo para pasarse al PP, que ostenta las presidencias de Murcia, Madrid, Castilla y León y Andalucía gracias a los votos del mismo partido al que se propone saquear?

CUATRO. ¿El abrazo del PP de Ayuso con Vox en Madrid –donde gobernarán juntos si tienen mayoría absoluta, ya sea vía urnas o vía Tamayo– mermará las expectativas electorales de Juan Manuel Moreno en Andalucía, en tanto en cuanto podría movilizar al electorado andaluz de izquierdas, espoleado por el temor a ver a la ultraderecha en San Telmo?

CINCO. De confirmarse las maniobras que le atribuye la prensa para abandonar Cs y pasarse al PP, tras haber abandonado en el pasado al PSOE para pasarse a Cs, ¿podría decirse que el alcalde de Granada Luis Salvador empieza a quedarse sin partidos a los que traicionar?

LA PLEGARIA. Señor misericordioso, muéstranos el camino para que dejemos de una vez por todas de dilapidar nuestras mejores energías en fútiles escaramuzas y las dediquemos a la gran batalla de construir poderosos consensos para abordar tareas pendientes tan trascendentales como combatir la desigualdad, elevar la productividad, revisar la fiscalidad, esperanzar a la juventud o recuperar la concordia de Cataluña consigo misma primero y con España después?