El municipio almeriense de Níjar está integrado por distintos núcleos. Campohermoso es de mayor número de población con más de 9.000 habitantes. En pleno Campo de Níjar y a unos 35 km de la capital almeriense, Campohermoso fue construido por el Instituto Nacional de Colonización, organismo creado por Franco en 1939 dependiente del Ministerio de Agricultura para para intentar activar zonas y territorios devastados tras la guerra civil.

Allí, en la precisamente denominada Plaza de la Iglesia, se enclava la parroquia de la Asunción de Campohermoso. En noviembre de 2018 se hizo lamentablemente famosa al conocerse que un hombre accedió al interior de dicha parroquia hasta en cinco ocasiones y colocó ropa interior sobre la talla de la Virgen, alteró las imágenes de San José y el Niño Jesús e increpó a las personas que allí había, entre ellas varias religiosas y el párroco.

1.170 euros de multa

Ahora, casi dos años después un juzgado de Almería ha condenado a este individuo a dos penas de multas que suman 1.170 euros tras reconocer durante el juicio los hechos así como los destrozos en el sistema de megafonía del templo y en la puerta de entrada.


Hasta cinco veces entró en la parroquia

Todo sucedió cuando el ahora condenado durante la mañana del día 29 de noviembre de 2018 entró en la parroquia dirigiéndose hacia el lugar donde se halla la imagen de la Virgen de la Asunción. Accediendo a la misma imagen mariana le colocó unas bragas en la cabeza y un cigarro en las manos. Pero no quedó ahí el acto de vandalismo sino que prosiguió bajando hasta el suelo la imagen de San José quitándole la corona. Posteriormente arrancó los cables del sistema de megafonía.

Ese mismo día, ya por la tarde, regresó a la parroquia rompiendo parte de la puerta de entrada y colocando boca abajo la imagen de San José y tirando su bastón al Altar Mayor. También desmontó la imagen del Niño Jesús y la cambió de lugar poniéndola entre las manos de la Virgen al tiempo que profería expresiones obscenas.

“¡Estoy harto de todos vosotros!

En la tercera ocasión, ya de noche, en la que accedió a la parroquia arrojó aceitunas a la pila bautismo dentro del agua bendita al grito de “¡Estoy harto de todos vosotros!”. En la cuarta ocasión que volvió a la parroquia ese día, insultó a los feligreses que se hallaban en el interior del templo, entre ellas varias monjas y el propio párroco al que dijo que era “el mismísimo diablo, lo más malo que hay”.

Según recoge la sentencia, volvió por última vez a la mañana siguiente a fracturar la puerta del templo y le colocó un sujetador en la cabeza a la imagen de la Virgen”.

La sentencia ya firme, dicta que no aprecia circunstancias modificativas de la responsabilidad en el acusado para condenarle por delito leve de daños y por delito contra los sentimientos religiosos.