Los cielos cuentan una cosa y el Parlamento de Andalucía otra bien distinta. La capital andaluza ha pasado la jornada amodorrada por una nube difusa provocada por los incendios de Canadá, a más de 5 mil kilómetros de distancia, primer mensaje. El segundo llegaba de más allá de las nubes. Era de un satélite de la Nasa y venía a confirmar que estamos a punto de perder la mayor joya ambiental del país. Señales apocalípticas, pero sin apenas eco en un Parlamento enfrascado en su propia realidad.

El presidente Moreno Bonilla intervino ante el Parlamento de Andalucía a petición propia para afrontar un debate de política general en el que cruza visión y datos con todas las agrupaciones parlamentarias. A lo largo de las más de 7 horas de debate, el popular mostró su versión moderada, representando a la “amplitud social”, eludiendo “la confrontación social” y la “división” y pensando siempre en y por los andaluces.

Moreno Bonilla es un ave extraña en la familia popular ahora que toca hacerse los duros y rudos para encajar el paso a los pactos de Vox. El líder de la Junta de Andalucía empezó su intervención con una catarata de datos que avalaban su primer año de mayoría absoluta, definiendo su mandato como “el más social de la historia de Andalucía”.

Para esbozar ese traje centrista de tinte psocialista se apoyó en su inversión en sanidad pública, ayuda a la dependencia, presupuesto récord para el Instituto Andaluz de la Mujer y culminó con un desmarque que, probablemente en Génova hizo levantar la ceja, dijo: “vamos a continuar una lucha sin cuartel contra la violencia machista”. Antes, ya había celebrado el día del orgullo tuiteando que “el amor es demasiado grande como para encerrarlo en un armario”. Juanma el moderado desencadenado y desafinando en la tendencia del PP en su pasodoble con Vox.

Mientras, desde la bancada de la ultraderecha, el portavoz de Vox hacía aspavientos, “no vamos a entrar en cuestiones de la vida privada de los andaluces” –en alusión al día de celebración de la comunidad LGTBI– decía Manuel Gavira, que señalaba a Moreno Bonilla por ser “el presidente ideal de los socialistas”.

Y los aludidos, los socialistas, pedían al presidente andaluz que se posicionara claramente para rechazar los acuerdos del PP con Vox que propician esconder “la violencia de género diluyéndola en el término de violencia intrafamiliar”. De hecho, los populares, con su mayoría absoluta, han asumido y oficializado el término “violencia intrafamiliar” dentro de una Proposición no de Ley relativa al "avance social basado en la igualdad entre mujeres y hombres".

Desde el PSOE–A sacaban la mayor controversia andaluza en lo que va de legislatura a relucir. “Me preocupa justo de lo que no ha hablado”, dijo el secretario general, Juan Espadas, “esta es la legislatura de la guerra electoral del agua contra el gobierno de España”, espetó al presidente, acusándolo de instrumentalizar a los agricultores en plena sequía para “alimentar el agravio y la confrontación por un puñado de votos”.

Doñana había pasado prácticamente desapercibida hasta el turno de Espadas. Sorprende, porque la polémica ley de regadíos del PP sigue adelante su tramitación y debería estar lista cuando finalice este periodo de sesiones. Pero Moreno se niega a dialogar fuera del proceso que impulsó junto a Vox y la izquierda andaluza, que no presenta enmiendas en este proceso, pide cancelarlo para empezar un diálogo no viciado y con base científica.

Mientras la legalización de hectáreas ilegales como hectáreas de regadío, también la Nasa advierte –apoyándose en los informes de la Estación Biológica de Doñana– que los humedales languidecen por causas no ajenas al clima, como son el turismo y la agricultura de regadío.

El humo canadiense quizás hizo que Moreno Bonilla tampoco pudiera ver a los manifestantes de las representaciones sindicales que protestan contra la gestión sanitaria. A las puertas del Parlamento, y también, del Hospital Dr. Muñoz Cariñanos, que la Junta ha inaugurado hasta en 4 ocasiones, pero que cierra en verano el 61% de sus camas. El flamante hospital del PP queda en verano en un mero módulo del Virgen del Rocío.

La oposición señaló las deficiencias sanitarias. Según la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública, Andalucía copa los peores datos en listas de espera, sobre todo en centros de salud, cuenta con la ratio más baja de sanitarios, con el menor gasto sanitario por habitante, pero el mayor gasto farmacéutico.

Moreno asumió las deficiencias y, mientras señalaba a la herencia recibida de la Junta socialista, dijo que pedirá al presidente del Gobierno que salga del 26J una interterritorial sanitaria para reformular la gestión nacional que, según Moreno, reúne a todas las comunidades autónomas para pedir más fórmulas de financiación y de dotación de personal.