La gestión de Moreno Bonilla en materia sanitaria puede ser juzgada desde distintos prismas. Desde el propio Partido Popular el discurso es inamovible: "Se invierte mucho y más dinero que antes", advierten rápidamente. Sin embargo, la percepción de los andaluces y las andaluzas dista mucho del mensaje ‘oficial’. Según el último barómetro elaborado por el Centro de Estudios Andaluces (Centra), la sanidad se ha convertido en el “problema” que más afecta a los andaluces, donde el 21,6% lo identifica así. Esto significa uno de cada cinco andaluces.
Hay que tener en cuenta, además, que esta encuesta se elaboró entre el 15 de septiembre y el 1 de octubre, cuando la crisis por el cribado del cáncer de mama aún no era el escándalo que actualmente ha provocado que Rocío Hernández sea la exconsejera de Salud, que Sanz haya tenido que asumir dicha responsabilidad y que esta semana el Parlamento aborde de manera monográfica un debate sobre sanidad, que la oposición llevaba dos años reclamando y el presidente de la Cámara, Jesús Aguirre, dos años vetando.
Por poner en perspectiva, la escalada en la percepción de los andaluces de la sanidad como el problema que más les afecta ha sido exponencial: en diciembre de 2024, el 13% de los andaluces señalaron la sanidad como el problema que más les afectaba, en segundo lugar por delante de la falta de trabajo (15%); en marzo de 2025, este porcentaje desciende hasta el 10,9%, también en segundo lugar por detrás del paro; y en junio de este año, el 11,6% volvía a colocar a la sanidad en segundo lugar por detrás de la falta de trabajo (12,3%).
Por tanto, es sumamente llamativo que, en tan solo tres meses, en los tres meses de verano del, sin lugar a dudas, infructuoso plan de verano del SAS, la sanidad ha generado un malestar general, situándose como el problema que más afecta a los andaluces con el 21,6%, por delante de la falta de trabajo, un 12,2%. En el tercer lugar del podio, se encuentra el acceso a la vivienda, con un 10%.
El “peor verano sanitario”
Este nuevo curso político comenzaba con un movimiento de la sociedad civil andaluza en busca de revitalizar el Sistema Andaluz de Salud (SAS). Con ello, casi 60.000 personas firmaron una Iniciativa Legislativa Popular (ILP), que posteriormente fue aceptada por el Censo y trasladada a la Mesa del Parlamento, que pedía, básicamente, mayor inversión en la estructura pública sanitaria y un cese del modelo que el PP está desarrollando en nuestra comunidad. Una ILP que aún está pendiente de debatir en la Cámara andaluza.

Durante el verano, los grupos de la oposición criticaron duramente el caos asistencial que se estaba viviendo principalmente en los centros de salud y hospitales de las costas andaluzas, que ven cómo se duplica su población por culpa del turismo. Un verano en el que el 75% de los centros de salud cerraron por las tardes, comprendido dentro del plan del SAS elaborado por la Junta, que también preveía menos contratación de personal y menos inversión económica que en 2024.
Por otro lado, en mitad del período estival y a causa de las quejas de los ciudadanos por culpa de estos hechos, el Gobierno andaluz volvió a anunciar otro concierto con la sanidad privada. Esta vez, destinaba hasta 533 millones de euros para ayudar a solventar el problema de las listas de espera, que según la oposición, son hasta dos millones de andaluces y andaluzas los que engrosan una lista sonrojante para la sanidad pública andaluza.
De hecho, tal es la situación, que según el barómetro sanitario de 2024, elaborado por el Ministerio de Sanidad, Andalucía es la comunidad que peor puntuación registra por parte de sus ciudadanos respecto al funcionamiento del Sistema de Salud público. Así, nuestra comunidad obtuvo un 5,72 de media, mientras la nacional se sitúa en 6,28. Asimismo, el 28% de los encuestados admitió que antes iría a una consulta privada que público, siendo la quinta comunidad con un porcentaje más alto al respecto.
Centra
Según el estudio, el PP-A se sitúa en torno a los 54 - 56 escaños, apenas en la frontera de la mayoría absoluta en el Parlamento andaluz, fijada en 55 diputados. Esa estimación ya supone una merma respecto a la post-victoria de junio de 2022 y evidencia que el margen de maniobra del Ejecutivo autonómico se aprieta. Por su parte, el Partido Socialista Obrero Español de Andalucía (PSOE-A) aparece como la fuerza que más crece con respecto a sondeos anteriores, situándose en una estimación de entre 26 y 29 escaños, su mejor resultado en años, lo que refuerza la percepción de que la oposición ha recobrado oxígeno.
En tercer lugar aparece la formación Vox, que, aunque se mantiene en la misma horquilla que hace unos meses —entre 16 y 18 escaños— respecto a los 14 que tiene actualmente, consolida su posición como tercera fuerza y refuerza la configuración de un Parlamento andaluz con mayoría de derechas. A su izquierda, la coalición Por Andalucía (IU + Sumar) mejora ligeramente hasta situarse entre los 6 y los 8 diputados, mientras que Adelante Andalucía podría llegar al tercer diputado, logrando uno más que en la actualidad. Ninguna otra fuerza accede a estimación de representación.
Lo más relevante, sin embargo, es la advertencia implícita del momento en que se realizó la encuesta: antes del estallido del escándalo sanitario. Esto implica que la confianza ciudadana en la gestión del Gobierno andaluz puede haber sufrido un golpe mayor al que recogen los datos. En el entorno del PP se reconoce que la crisis “ha dejado huella” y que la percepción de solidez del liderazgo de Moreno ha quedado afectada. Analistas consultados advierten de que, si los datos mostraban ya fisuras antes del escándalo, lo que venga después podría agravar la erosión.