La celebrada parodia de ‘La vida de Brian’ sobre la división en el seno de las izquierdas antiimperialistas judías es una broma de jardín de infancia comparado con la realidad de las izquierdas no socialistas de Andalucía.

A la izquierda del Partido Socialista existen como mínimo en la comunidad las siguientes marcas, partidos u organizaciones: Podemos, Izquierda Unida (IU), Unidas Podemos Andalucía (UPA), Más País (MP), Primavera Andaluza (PA), Izquierda Andalucista (IA), Defender Andalucía (DA) y Anticapitalistas (A).

A esa espesa sopa de letras hay que sumar no uno sino dos Adelante Andalucía (AA): el original que pervive con ese nombre como  grupo parlamentario, aunque muy menguado,  en la Cámara autonómica y el que -refundado el pasado fin de semana en Granada por PA, IA, DA y A- cabría adjetivar de ‘reconstituido’, recuperando la vieja terminología de la Transición que diferenciaba al PCE (r), autodenominado como auténtico, del PCE de siempre, que los reconstituidos tildaban despectivamente de ‘revisionista’.

Recuperado a estos efectos, el término ‘reconstituido’ pretende ser meramente descriptivo: la ruptura en 2020 del Adelante original, fundado en junio de 2018, se sustentó precisamente en la acusación de los rebeldes liderados por Teresa Rodríguez según la cual Izquierda Unida y Podemos habían traicionado el espíritu andalucista, anticentralista, soberanista y confederal de la confluencia, lo que habría obligado a quienes se mantenían fieles a tales principios fundacionales a crear su propia confluencia manteniendo el nombre de Adelante.

El Adelante Andalucía formalizado el pasado fin de semana en Granada bajo el liderazgo de Teresa Rodríguez quiere ser “el andalucismo del siglo XXI, sin tutelas de nadie, de obediencia estrictamente andaluza, decidido a promover una Andalucía soberana y caminando hacia ella ligeros de equipaje, sin la pesada mochila de un centralismo que nunca comprendió a Andalucía”.

El entrecomillado resume algunos de los puntos programáticos del proyecto, inseparables de los reproches a sus antiguos compañeros de confluencia. En su intervención ante el plenario, la propia Rodríguez apostó por "decidir desde el pueblo andaluz", "con soberanías en plural" respecto a lo económico, lo energético o lo alimenticio, por ejemplo, "sin miedo a la palabra" soberanía. El discurso de la líder anticapitalista tiene ecos reconocibles del discurso que durante años defendía el líder jornalero y alcalde de Marinaleda Juan Manuel Sánchez Gordillo.

Aunque el término no aparece como tal en su vocabulario, hay una inequívoca impronta nacionalista en el renacido Adelante de Teresa Rodríguez, que funcionará “sin tutelas de nadie”, "no será la sucursal de ningún partido de Madrid o la filial del PSOE de Andalucía",  y tendrá un logotipo inspirado en la estrella de ocho puntas, con reminiscencias de Tartesos y Al Ándalus.

Tras la implosión de 2020, el de Rodríguez vendría a encarnar el bando legitimista, con la dirigente anticapitalista reclamando para sí el título de heredera legítima de la corona de Adelante, frente a la dinastía reinante y oficialmente reconocida por el Parlamento como Grupo Parlamentario Adelante Andalucía, que hoy forman 8 de los 17 diputados elegidos en 2018 pues 8 de los 9 restantes, con Teresa Rodríguez a la cabeza, fueron expulsados bajo la gruesa acusación de transfuguismo y la novena diputada se alineó con los ‘condenados’.

Los sublevados son, pues, más numerosos que los leales, una paradoja que revela cuán débiles eran los lazos ideológicos y organizativos de la confluencia. Los tribunales ordinarios decidirán tal vez cuál de los dos bandos es el propietario legítimo de una marca cuya cotización electoral ha quedado muy devaluada a raíz de la ruptura. Mientras, los diputados del grupo parlamentario han pedido dejar de llamarse Adelante y sustituir este nombre por el de Unidas Podemos por Andalucía.