Vox sigue insistiendo en la estigmatización de los menores extranjeros no acompañados (Menas), alegando que son violentos, a fin de erigirse como los defensores de la seguridad de los barrios en los que se encuentran los centros educativos en los que residen cuando llegan a España. La política de la extrema derecha española ha sido puesta sobre el papel en innumerables ocasiones, valiéndole incluso a Rocío Monasterio y Ortega Smith investigaciones judiciales para dirimir si estaban cometiendo un posible delito de odio.

Ahora, el ojo se pone sobre el barrio de Carabanchel (Madrid), al que el portavoz adjunto del partido ultra, Pedro Fernández, se acercó este jueves para reunirse con personas de ciertas asociaciones contrarias a la creación de un centro para los jóvenes inmigrantes.

“Estamos ante una instilación que se prevé utilizar como futuro centro de menas”, expone el concejal, pidiendo opinión a un joven que apunta que “teniendo en cuenta la problemática que rodea al resto de centros en Madrid, y sabiendo que PP y Ciudadanos han decidido instalarlo aquí, hay miedo de la inseguridad que va a traer y las problemáticas que traerá al distrito”. “Existe la preocupación de que un centro cultural como la Finca Carabanchel se convierta en un centro de este tipo. Hay una alarma social entre los vecinos”, prosigue el entrevistado por Vox.

Una nueva afrenta de Vox con los más desfavorecidos, por más que su tinte confesional y católico vaya en contra de los postulados racistas, homófobos y machistas que predican desde la tribuna. Merece la pena recordar unas declaraciones que el padre Ángel -sacerdote y filántropo católico- realizó a ElPlural.com: “Los simpatizantes de Vox deberían ponerse en los zapatos de los demás y deben convivir con los que opinan un poco distinto de ellos. Discriminar y condenar a la gente no sirve de nada, hay que poner puentes en vez de muros. Yo si puedo pongo puentes en vez de muros”, recriminó a los ultras.

Estas declaraciones fueron realizadas cuando el centro de menas de Hortaleza sufrió un ataque con una granada: “Es una barbaridad, yo creo que es una de las noticias más tristes porque eso no cayó del cielo, sino que alguien lo echó y eso me entristece mucho. Estos chicos no son delincuentes como muchos aseguran, sino que vienen a intentar vivir un poco mejor que en su país y a salvar su vida”, sentenció.

El padre Ángel es el fundador y presidente de la ONG Mensajeros por la Paz y a lo largo de su carrera ha realizado una incansable labor a favor de los que sufren, por ello ha recogido premios como el Príncipe de Asturias de la Concordia en 1994, el Premio “Correrias 2016” a la Labor Social o el Premio Beato de Liébana a la Cohesión Internacional en 2019.