Las matemáticas..., la lógica de las matemáticas, no aplica en las elecciones. Es una verdad bien sabida. Pero quizás nunca había resultado tan descarnada como este 20 de diciembre. Con los extremos ocupados por el PP, como el partido más favorecido por la actual ley electoral, y con Unidad Popular, léase Izquierda Unida, justo en el otro extremo.

El PP el más favorecido... UP la más castigada
A los números, ya que hablamos de matemáticas. El PP logró 7.189.000 votos y logró 123 escaños. La división entre las dos cifras nos dice que el PP necesitó ‘solo’ 54.454 votos para cada escaño. En  el otro extremo, como decimos, los 923.000 votos de Unidad Popular dieron sólo dos escaños. La división es simple en este caso: 460.000 votos para cada diputado de UP

Unas matemáticas sorprendentes que exigen a cada partido un número de votos según su representación. Así, entre los estatales, el PSOE necesitó 61.000 votos por escaño; Podemos 75.500; Ciudadanos 87.209…

Entre los partidos nacionalistas, que sólo se presentan por una circunscripción, también cifras diferentes. ERC logró cada uno de sus nueve escaños a un precio de 66.502 votos; mientras que Democracia y Llibertat pagó 70.654 votos; el PNV sólo 50.264 y EH-Bildu sin embargo hasta 109.000 votos por escaño.

¿Y si cada voto valiera igual?
Pero ¿qué hubiera pasado si cada escaño tuviera el mismo valor? ¿Si hubiera una sola circunscripción o una ley electoral que premiara la igualdad? Un Congreso muy diferente.

Para empezar, el PP pasaría de sus actuales 123 escaños, a tener sólo 101. El PSOE, de 90, cedería hasta los 78. A 72 ascendería Podemos. Ciudadanos subiría hasta los 49 desde los 40 que ha obtenido. Pero nada comparable con el estirón que viviría la formación más castigada, Unidad Popular, que de los dos actuales podría pasar a tener un Grupo Parlamentario propio y nada despereciable con 13 diputados.