Ya hemos contado que 2016 va a pasar a la historia como el año más caluroso desde que hay datos, aunque parece que 2017 quiere quitarle el récord, con hechos como este: la pasada semana, los termómetros de la Organización Meteorológica Mundial (WMO) anunciaron un nuevo récord de temperatura en la Antártida con 17,5 grados centígrados. Y curiosamente ese mismo día, El Cairo (Egipto) alcanzó una temperatura similar, pero claro, esta zona se considera desértica, y está acostumbrada a que el termómetro suba por esos confines, mientras que en los polos, las temperaturas tienden a estar bajo cero. El hallazgo forma parte de un plan de la WMO por mejorar nuestras herramientas para pronosticar patrones climáticos en los polos, y entender la variabilidad natural del clima y el cambio climático que induce el hombre. Según comunicó el experto polar de la organización, Michael Sparrow: "El Antártico y el Ártico están mal cubiertos en términos de observaciones meteorológicas y pronósticos, y ambos juegan un papel muy importante en la conducción del clima y los patrones oceánicos y en el aumento del nivel del mar".

Deshielo alarmante

Además, la Agencia Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA) aseguró que la capa de hielo en los polos está disminuyendo a niveles alarmantes. Tan solo en la Antártida la extensión de hielo en enero fue de 1,1 millones de km2, un 22,8% menos que en el promedio registrado entre 1981 y 2010. El anterior pico de temperatura máxima en la Antártida era de 15 °C. y se había registrado el 5 de enero de 1974. No se trata de un récord absoluto. Pero la temperatura más baja registrada en la Antártida (y en el planeta) fueron los -89,2° C bajo cero que registró la estación de Vostok dirigida por los soviéticos en 1983. En cuanto a las medias, lo normal es que las temperaturas varíen entre los 14 grados en la costa frente a los -76 que pueden registrarse en los tramos más altos del interior.