A estas alturas ya sabemos que el plástico es malo. Malo para el medioambiente, incluso para la salud. Malo cuando se produce, malo cuando se usa y malo cuando se degrada O mejor dicho, no se degrada. Las bolsas de plástico seguirán bailando en el viento muchos años después de que hayamos desaparecido. Pero qué pasa con las compañías que lo producen. Por ejemplo ¿qué pasa con Lego?

6.000 toneladas de piezas Lego

El gigante juguetero danés pone en la calle cada año 6.000 toneladas de plástico. En formas y colores divertidos, sí. Pero tan contaminante como el que se emplea en objetos menos amables. Ahora, consciente de lo insostenible de esa producción y del futuro, han decidido cambiar. Pero encontrar un material sostenible que sustituya a su tradicional materia prima no será fácil. Ni barato. Por eso han creado el Centro de Materiales Sostenible Lego. El objetivo es encontrar ese material que les permita dejar atrás el plástico. Para ello han invertido nada menos que 1.000 millones de coronas danesas (unos 134,5 millones de euros) en una primera fase.

Fecha límite, 2030

Con este dinero, además de crear el centro, esperan contratar a más de 100 profesionales dedicados a la labor. Ellos serán los encargados de encontrar nuevos sistemas de producción que eliminen los distintos tipos de plásticos que Lego emplea en la fabricación de sus piezas. Y tienen una fecha. Para 2030 la multinacional se ha comprometido a que su producción sea cien por cien sostenible. La compañía ya había acometido otras políticas de enfoque medioambiental. Por ejemplo, redujo drásticamente el papel y cartón empleado en las cajas y libros de instrucciones que acompañan a los bloques. Kjeld Kirk Kristiansen, propietario del grupo Lego ha declarado que “nuestra misión es inspirar a los constructores del mañana. Esta investigación se enmarca en esa misma línea de crear un impacto positivo en el planeta y en las generaciones futuras”.