Cuántas generaciones humanas han vivido fascinadas por las pirámides de Egipto. Esas construcciones que seguimos sin comprender del todo y desde las que nos contemplan 4.000 años, que diría Napoleón. Y lo que todavía nos queda por describir en un terreno en el que le das una patada a una piedra y aparece un vestigio milenario.

Una pirámide de 3.700 años

Eso es lo que ocurrió la semana pasada. Las autoridades arqueológicas egipcias anunciaron el descubrimiento de una nueva pirámide. Al menos de sus restos. Una construcción con más de 3.700 años de antigüedad. Los expertos han datado el hallazgo en la décimo tercera dinastía. Los restos fueron localizados al norte de la pirámide escalonada del faraón Seneferu, en la necrópolis real de Dahshur, a 40 kilómetros de El Cairo.

Enterramiento de la corte

Los investigadores estiman que esta construcción es uno de los primeros intentos de hacer una pirámide lisa, como las que actualmente se admiran en el Valle de los Reyes. El paso siguiente a las pirámides escalonadas de las anteriores dinastías. También han identificado como el lugar de enterramiento de la corte y los altos funcionarios del faraón. Este tipo de pirámide, con las paredes rectas, fue el último utilizado por los grandes faraones del Imperio Antiguo. Después de las pirámides escalonadas y las que cambiaban el ángulo de inclinación desde los 55 grados iniciales a los 43 de las partes más altas. Este cambio era debido a la necesidad de que las paredes de la pirámide no se desparramaran.

Sin rastro de extraterrestres

Adel Okasha, el máximo responsable de la necrópolis, asegura que los restos encontrados corresponden al pasillo de la pirámide y a otras estructuras interiores. Otras formas halladas revelarían la diseño del enterramiento. Lo que no ha transcendido es si en los alrededores han sido encontrados restos que permitan determinar la construcción de esta pirámide por inteligencias extraterrestres. Es, sin duda, una de esas teorías conspirativas que más nos divierten.