El rey de la copla fue enterrado en 1993 en el panteón que posee la Asociación Argentina de Actores en un cementerio de Buenos Aires. Y ahora, gracias a una seguidora, seguirá descansando en el mismo lugar hasta, de momento, 2020 después de que la Fundación que lleva su nombre abonase los 115 euros necesarios para que no desahuciasen sus restos a un osario común.

La familia del artista llevaba sin pagar el alquiler del nicho los últimos seis años y fue una malagueña afinada en la capital argentina, Juani Muñoz, quien instó a la fundación a realizar el pago para que los restos de Miguel de Molina no “fueran al osario del olvido infinito”, como afirma Matías Alonso, coordinador del Grupo para la Recuperación de la Memoria Histórica.

“De nuevo las redes evitan otro ridículo para la Historia y la Cultura españolas”, afirma Alonso, para el que, “una vez más, el elefante burocrático llega tarde a la cita con su deber”.

Fue la dueña de la casa de Buñol, donde residió Miguel, la que se puso en contacto a través de las redes sociales con el Grupo de Memoria Histórica. Gracias a esto y al pago final de la Asociación del artista, sus restos descansarán, de momento, en el país donde murió en el exilio.

Repatriación o recuerdo

Sobre si se deben repatriar los restos de Miguel de Molina a España existe controversia. Desde el GRMH defienden que “sería bueno que las Instituciones lograsen la repatriación de sus restos”, principalmente “por el mayor motivo por el que fue duramente acosado: su orientación sexual que reconocía abiertamente en aquella rancia sociedad y sobre todo en aquellos tiempos”.

Pero, por otro lado, en las anteriores ocasiones en las que se han intentado repatriar los restos de De Molina. En 2008 la Diputación de Málaga inició los trámites, pero al año siguiente la familia del artista se negó a permitirlo.

Pese a esto y la negativa del propio Miguel de Molina a volver a un país que lo rechazó, desde el Grupo para la Memoria Histórica consideran que es el momento idóneo para su regreso, ya que España “ha cambiado” y su figura es “un nexo entre la lucha memorialista y LGTB”.

En lo que sí están de acuerdo tanto la familia como el GRMH es que la enorme figura de la Copla española se recuerde por eso mismo, asegurando su memoria y difundiendo “su legado como primer paso para hacerle justicia”.