José Molinero Huguet, el narrador canario radicado en Barcelona concede una entrevista para hablar de La enfermera del desierto, su nueva novela, pero también expone su visión sobre un tema que lo mueve al compromiso: “el Sáhara Occidental es la única colonia africana a la que no se le ha permitido completar su proceso de descolonización”.

Pregunta: - Cientos de cooperantes viajarán al Sáhara pese a la alerta terrorista, algunos han llegado a decir que se trata de “una maniobra política”- ¿Cuál es su posición?
Respuesta: - Desde luego tiene toda la pinta de tratarse de una maniobra política, muy burda por otra parte. El anuncio del gobierno de España se produce justamente un día después de la visita oficial del ministro de asuntos exteriores de Marruecos, que fue recibido por el presidente Sánchez. Se trata de una casualidad muy sospechosa, teniendo en cuenta que ni Argelia ni Mauritania, que son los países limítrofes con los territorios controlados por los grupos terroristas islámicos, han activado alerta alguna. Tampoco Francia ha anunciado nada públicamente, y cuenta con tropas desplegadas en Mali y Níger.

La población refugiada saharaui sobrevive en condiciones muy difíciles gracias, en buena parte, a la ayuda humanitaria que envían miles de familias españolas que no se olvidan de un pueblo con el que compartimos ciudadanía durante décadas. Cabe recordar que no se trataba tan solo de una colonia, sino que fue un territorio provincializado desde el año 1958. Una provincia cuyos ciudadanos fueron abandonados de manera vergonzosa por el gobierno de España, para quedar indefensos frente a un régimen, el marroquí, que trató de exterminarlos sin piedad.

Los días festivos del puente de diciembre son tradicionalmente utilizados por los cooperantes españoles para transportar hasta los campamentos de refugiados toneladas de productos de primera necesidad, incluidos medicamentos y complementos nutricionales. En el caso de que se trate de una maniobra política orquestada con Marruecos, tal y como parece, el gobierno de Pedro Sánchez estaría poniendo en riesgo la vida de muchos refugiados (sobre todo mujeres y niños) que dependen de esas medicinas y productos de primera necesidad que no pueden conseguir de ninguna otra manera. Que el reino de Marruecos persigue aniquilar al pueblo saharaui es algo bien conocido, pero que el gobierno de España se hubiera prestado a colaborar con semejante infamia sería un escándalo mayúsculo.

P: - ¿Cómo nace su interés por el pueblo saharaui?
R: - Nací en Lanzarote en el año 1972, y apenas 3 años después sucedió todo aquel desastre. La marcha verde, la invasión militar marroquí y mauritana, el vergonzoso abandono español del territorio, la guerra del Sáhara. En esos años, las Islas Canarias se llenaron de saharauis que huían aterrados de aquella tragedia. Muchos tiempo después, desde el 2003 al 2007, fui el responsable de un ambicioso proyecto de cooperación que abordó la prospección geológica y la perforación de pozos profundos para el abastecimiento de agua potable a la población saharaui refugiada en las inmediaciones de Tinduf, y también a los beduinos y militares desplegados en el territorio bajo control de Frente Polisario. 

P: - Poco se explica el tema del Sáhara, es posible que mucha gente haya escuchado hablar del tema, pero no sabe qué ocurre. ¿Cuál es la situación del Sáhara?
R: - A partir del año 1976, el ejército saharaui se reorganizó y comenzó a cosechar éxitos y a recuperar posiciones. Ese mismo año se proclamó, ante medio centenar de periodistas internacionales, la República Árabe Saharaui Democrática, país reconocido por más de 80 estados en el mundo, y miembro de pleno derecho de la Unión Africana. Mauritania se retiró del conflicto poco después, y los guerrilleros saharauis continuaron avanzando ante un ejército marroquí cuyos integrantes no estaban acostumbrados a sobrevivir en las duras condiciones del desierto. Muchos de ellos se morían solos. Los combatientes del Frente Polisario conocían el terreno, y atacaban de manera sorpresiva organizándose en pequeñas patrullas que rápidamente se replegaban y desaparecían. Una guerra de guerrillas ante las que poco podían hacer los aviones o los carros de combate, desperdigados en un terreno inmenso y árido. Ante tal realidad, el régimen marroquí se avino a un alto el fuego en el año 1991, aceptando la celebración de un referéndum de autodeterminación supervisado por la ONU. Ahora sabemos bien que aquello fue una maniobra malintencionada, puesto que el régimen de Rabat aprovecho la situación para construir un muro (triple) de más de 2500 kilómetros de longitud que, aún hoy en día, separa el territorio del antiguo Sáhara Español en dos partes: la occidental bajo control del ejército ocupante, y la oriental bajo control del Frente Polisario. Desde entonces, cada año se dicta una resolución de la Asamblea de las Naciones Unidas instando a la celebración del referéndum; un requerimiento que Marruecos desatiende sistemática e impunemente, ante la pasividad de la comunidad internacional en general, y de España y la Unión Europea en particular. Francia, que tiene enormes intereses económicos en Marruecos, juega un papel callado pero siniestro en el mantenimiento del statu quo.

P: - ¿En qué momento decide convertir en literatura su interés social en el pueblo saharaui?
R: - Hace unos 6 años escribí una novela que consideré fallida. Después continué escribiendo en mis ratos libres, y acabé inmerso en un proceso un tanto obsesivo. Comprendí que durante los años que trabajé sobre el terreno había sido depositario de innumerables historias de la guerra, pues la mayoría de mis colaboradores locales (chóferes, fontaneros, perforistas, mecánicos) eran exguerrilleros. Además, me enfrasqué en la lectura de la inmensa mayoría de las publicaciones históricas y crónicas periodísticas de la época. De manera que acabé por atesorar un conocimiento importante del tema, y me propuse reformatearlo mediante la narrativa literaria.

P: - Primero Toda la muerte para dormir, ahora La enfermera del desierto. Dos novelas con el Sáhara como protagonista. ¿Qué quiere contarle al lector? ¿Qué puede decir a través de la literatura?
R: - Ambas son dos novelas independientes pero complementarias. En Toda la muerte para dormir cuento la historia de El Uali Mustafa Sayed, fundador del Frente Polisario y máximo líder de la revolución saharaui. El lector se encontrará con un personaje fascinante, una especie de Che Guevara del desierto. Un hombre que nació en el seno de una familia beduina y que no fue escolarizado hasta los 10 años, pero que acabó cursando estudios universitarios en Derecho y Ciencias Políticas, y que pronunció conferencias en Francia, Holanda, Argelia, Libia, Líbano, Egipto… Se trata de una novela que narra la guerra del Sáhara desde la perspectiva de los revolucionarios nativos del territorio. Por otra parte, La enfermera del desierto cuenta la vida de una joven catalana que acabó ejerciendo de enfermera en Tenerife, donde se enamoró de un joven sanitario saharaui que, al estallar la guerra, decidió de inmediato unirse a la guerrilla. Y aquella enfermera, de manera absolutamente inconsciente y guiada exclusivamente por su amor juvenil, se fue con él. Allí se encontró con otras mujeres españolas, también emparejadas con revolucionarios saharauis. Además, en la novela aparecen otros personajes como Pablo Ignacio de Dalmases, a la sazón director de Radio Nacional de España en El Aaiun. Es, por tanto, una novela coral y narrada con múltiples puntos de vista. Creo humildemente que la lectura de ambas novelas aportará al lector una visión muy completa de lo que realmente aconteció en el territorio durante aquellos años. La acogida por el mercado (libreros y distribuidores) está siendo buena, y el retorno que me llega de los lectores es también muy positivo, lo cual me produce una enorme satisfacción.  

P: - Hay escritores que aseguran que toda literatura es un acto político, ¿la suya lo es?
R: - Sin duda. El principal objetivo que me propuse escribiendo las novelas fue el de denunciar la situación y contribuir a la causa saharaui. Pero en mi caso he optado, en lugar de por el manifiesto político, o el ensayo histórico, por hacerlo mediante la narrativa de ficción (aunque basada en el rigor histórico), para despertar el interés y la curiosidad de los lectores que, ojalá, tras la lectura, se conviertan en defensores de una causa justa como es la del pueblo saharaui.

P: - A nivel internacional se habla de determinados conflictos, mientras otros permanecen en silencio. ¿Es la situación del Sáhara un tema silenciado?
R: - Sí. Yo creo que España siente una profunda vergüenza por su papel en este asunto y, además, junto con Francia, alberga enormes intereses económicos en Marruecos. Por otra parte, la Unión Europea también depende del régimen Alauí en temas tan importantes como los tratados de control fronterizo e inmigración, sin olvidarnos de los acuerdos de pesca, declarados ilegales en diversas ocasiones por los propios servicios jurídicos comunitarios, pues el caladero sahariano no es de soberanía marroquí, pero sin embargo es explotado de facto. En fin, que a nadie le debe quedar duda de que se trata de un conflicto silenciado por el poder político, y de que estamos ante una enorme injusticia internacional, si no la mayor, teniendo en cuenta que el Sáhara Occidental es la única colonia africana a la que no se le ha permitido completar su proceso de descolonización. Es, visto así, una vergüenza para la humanidad, y quizá por eso todo el mundo trata de mirar hacia otro lado.