Lo ocurrido en Italia ha desatado a las hordas conservadoras de España. La pérdida del referéndum ha puesto a Mateo Renzi en el punto de mira. El socialdemócrata ha anunciado ya que dimitirá, lo que es aprovechado por algunos medios patrios para hacer la comparación y, claro, el que sale ganando es nuestro país y, por extensión -aquello de la publicidad subliminal- el PP y su presidente, Mariano Rajoy.

El diario ‘ABC’ titula de forma clara su editorial: ‘Una España seria en el caos Europeo’. Así, tal cual. Si bien acota ese caos en el viejo continente a Italia, Portugal, Grecia y Francia. Adivina, adivinanza ¿Qué corriente ideológica lleva las riendas de estos países? Una pista, el editorialista habla de “populismo”.

‘Gustos’ euroescépticos

A la pregunta retórica hay que sumar algunas de las afirmaciones que hace el diario de Vocento. Por ejemplo, dice, en referencia a los ‘gustos’ euroescépticos de los ganadores de la consulta transalpina que “la solución contra los excesos reguladores de Bruselas no es la demolición del proyecto europeísta y una vuelta a la Europa de las fronteras internas”.

Precisamente, en un plano como el actual, menciona el caso italiano y el Brexit para asegurar que sirven “de alimento a unos populismos bien pertrechados por los errores de sus gobiernos y por la falta de respuestas de la Unión Europea a problemas como la inmigración masiva”. Sin comentarios.

España, el ejemplo

Y entonces, el editorial de ‘ABC’ llega a España, país ejemplo de seriedad donde los haya, con un tema catalán no resuelto, con presidentes autonómicos investigados, con el partido que gobierna en entredicho judicialmente y con un presidente que medita por dónde recortar mientras se va de puente cada dos por tres. Aun así, y todo lo que queda en el tintero, España es el paradigma de la seriedad, de lo bien hecho. Para este periódico “el camino fiable para España no es el de la democracia plebiscitaria, sino el de la democracia constructiva en el Parlamento”, por si alguno tiene intenciones ‘populistas’ de preguntar a la ciudadanía.

Por cierto, lo ocurrido en Italia supone que aquel país, desde el punto de vista político, vuelva a lo que ha venido siendo en las últimas décadas.