Si al flamante secretario de Estado de Hacienda y anterior alcalde de Jaén, José Enrique Fernández de Moya, alguien le hubiera dicho que es algo franquista, el hombre se habría quedado perplejo. Habría pensado que su interlocutor había perdido el juicio. ¿Algo franquista él, dirigente de un partido democrático como el PP y elegido democráticamente alcalde de su ciudad? En realidad, Fernández de Moya pertenece a esa extendida estirpe de políticos de la derecha española cuya percepción la dictadura franquista es, como mínimo, indulgente, cuando no algo peor.

Veamos. Abril de 2014. Emisión nacional en la cadena nacional 13TV del programa nacional ‘El cascabel’, que conduce el veterano periodista nacional Antonio Jiménez. El invitado esa noche, como tantas otras, es el alcalde Fernández de Moya, que, hablando de todo un poco, argumentaba muy serio que el Partido Socialista llevaba ya 32 años gobernando en Andalucía y que si ese año volvía a ganar las elecciones “igualará a Franco”. Y remachaba: “Igualará al régimen franquista”.

Los unos y El Otro

El dirigente popular parecía estar haciendo una inocente comparación numérica entre los años gobernados por los unos y los años gobernados por El Otro, pero puede que no fuera exactamente era así: en realidad, esas comparaciones solo las hacen quienes creen que las dos magnitudes –democracia y dictadura o Partido Socialista y Movimiento Nacional– son no solo comparables sino, llegado el caso, intercambiables, ambas con sus cosas buenas y sus cosas malas ¿no?

Es difícil imaginar a un político de la CDU alemana comparando los 14 años que, entre 1969 y 1983, gobernaron los socialdemócratas del SPD con los 12 años que, entre 1933 y 945, gobernaron los nazis. De haberlo dicho, se tendría que haber ido de Alemania.

Probablemente, si el ahora secretario de Estado de Hacienda se hubiera visto obligado a profundizar en su atrevida afirmación –lo que, por supuesto, no ocurrió en ese programa televisivo– puede que hubiera acabado reconociendo la obvia diferencia existente entre el hecho de gobernar por haber ganado unas elecciones y el hecho de gobernar por haber ganado una guerra (provocada, además, por uno mismo).

Franquistas colaterales

Lo revelador de la espontánea comparación entre el PSOE y Franco hecha por Fernández de Moya era que, viéndole y escuchándole, resultaba obvio que él consideraba legítima y atinada su comparación, y que la diferencia entre una-democracia-devaluada-como-la-andaluza-donde-siempre-gana-el-PSOE y una dictadura-como-la-gobernada-con-mano-firme-pero-paternal-por-Francisco-Franco, que en paz descanse, es en el fondo una diferencia puramente técnica, circunstancial, casi de matiz.

Como tantos dirigentes de la derecha española, De Moya es de los que piensan que el franquismo también tuvo sus cosas buenas, que es lo que suelen decir tantos franquistas colaterales y facciosos de baja intensidad que no saben que lo son.