Cuatro “marianistas” (Maíllo, Nadal, Bermúdez y Levy), dos “sorayos” (Monserrat y Ayllón) y una “arenista” (Báñez) son los componentes de la alineación del Partido Popular para negociar la investidura de Mariano Rajoy con sus homólogos de Ciudadanos a partir de este lunes. ¿Dónde están los hombres y mujeres de la secretaria general del PP? No existen; no hay nadie de su máxima confianza, ni que forme parte de su equipo más próximo de colaboradores, en esta decisiva comisión que debe despejar definitivamente el “sí” de Albert Rivera para que el actual presidente en funciones del Gobierno pueda revalidad su cargo. “No ha podido meter a nadie, a pesar de haber intentado colocar a su hombre de confianza en Castilla-La Mancha, que en las últimas elecciones municipales y autonómicas cosechó como coordinador de campaña, junto a Carlos Floriano, uno de los peores resultados del PP en comunidades y ayuntamientos, con la pérdida, entre otros, de Madrid, Valencia, Sevilla, A Coruña…o las CC AA de Castilla-La Mancha, Valencia, Extremadura, Aragón o Cantabria”, aseguran a ELPLURAL.COM fuentes del PP.

Tirado no daba la talla”

El hombre que, siempre según nuestras fuentes, quiso Cospedal colocar en el equipo negociador del PP no es otro que su secretario general en Castilla-La Mancha, Vicente Tirado, que hasta la llegada de Jorge Moragas a Génova 13 ocupaba un despacho privilegiado como secretario ejecutivo Electoral del PP a nivel nacional. Sin embargo, con el desembarco del jefe de gabinete de Rajoy en la séptima planta de la sede madrileña “popular”, Tirado perdió todo lo ganado con Cospedal que, a pesar de seguir como número dos del partido, quedó relegada a un “puesto honorífico con la entrada de los jóvenes llegados desde distintos puntos de España, pero siempre de la mano de Moragas”, continúan, “además, a Tirado, todo lo que le sobra de buena gente, le falta madera para ocupar un lugar destacado en esa mesa negociadora”.

Otros nombres barajados por Cospedal

Nuestros interlocutores aseguran que no sólo Vicente Tirado estuvo en la idea de Cospedal, que para descartar a su mano derecha le recordaron que no era diputado nacional, “tampoco lo es Andrea Levy”, parece ser que dijo alguien del entorno de la secretaria general, recordándole, entonces, que la portavoz del PP en el Parlament catalán es “vicesecretaria de Estudios y Programas y de la máxima confianza de Rajoy”. Entonces, según las fuentes, fue cuando la todavía secretaria general del PP lanzó los “nombres sonda” de José Ignacio Echániz, exconsejero de Sanidad de su Gobierno y diputado nacional por Madrid, y de María Jesús Bonilla, diputada por Cuenca, exalcaldesa de Tarancón y exjefa del gabinete de María Dolores Cospedal, e íntima amiga de Jorge Fernández Díaz, que bien podría haber intentado convencer a su amigo Rajoy para incluir a alguien de la cuerda de su “número dos”. Pero no pudo ser.

Sus “enemigos”, sí lo consiguieron

Incluso se habló del ministro en funciones de Justicia y diputado cunero por Cuenca, Rafael Catalá, pero su condición de notario mayor del reino le inhabilita para estos menesteres. Quienes sí consiguieron colocar a los suyos fueron los “enemigos íntimos” de Cospedal; esto es, la vicepresidenta en funciones del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, y el vicesecetario de Política Autonómica, Javier Arenas. Entre ambos cuentan con tres personas de su máxima confianza en la mesa negociadora, como son José Luis Ayllón, secretario de Estado de Relaciones con las Cortes y gran experto en política parlamentaria; Dolors Montserrat, diputada catalana, y Fátima Báñez, ministra en funciones de Trabajo y Sanidad y diputada por Huelva. Y no solo eso, Moragas bendice la elección de Ayllón y Monserrat. El resto pertenecen a la órbita “marianista”, pero, como hemos recogido, nadie, ni por proximidad ni por simpatía, se encuentra dentro del círculo político de Cospedal, que cometió un error al expulsar de las listas electorales de diciembre de 2015 al que durante dos legislaturas fue diputado por Albacete y hoy mano derecha de Mariano Rajoy y diputado por Madrid, en cuya lista ocupó el número 5, Álvaro Nadal, figura indiscutible en el organigrama económico diseñado por Rajoy, que no dudó en nombrarle jefe de la Oficina Económica de Moncloa, y que en la mesa negociadora ejercerá de superministro sin cartera en las negociaciones con sus homólogos de la formación morada Luis Garicano y Toni Roldán.