Durante los cuatro años de Gobierno Rajoy el “yo no sabía” ha sido una y otra vez el refugio del Partido Popular mientras se convertía en el Partido de la Corrupción. Es como mínimo increíble que, teniendo el poder en sus manos, Don Mariano haya dejado hacer tranquilamente a los ladronescos. Y a las ladronescas, también.

 Todo esto es bien sabido, pero nada ha impedido que el presidente siguiera mirando a la luna de Valencia, donde por cierto, se han acumulado millones de euros atrapados por sinvergüenzas populares. 

Cuando Pedro Sánchez le dijo a Rajoy que era un indecente, la oleada mediática de los periodistas chupones se trasformó de pronto en lloros de plañideras. Pero ninguno de ellos quiso recordar que el Sr. Rajoy, en el Congreso de Diputados acusó al entonces presidente José Luis Rodriguez Zapatero de traicionar a los muertos y de revigorizar una ETA moribunda.

 Ahora, estos días, se ha montado un pollo por parte del ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, ese tipo conservador, meapilas e incluso caballero medieval. En fin, es ese amigo de Mariano y del director del periódico denominado La Razón –sin razón- Francisco Marhuenda.

¿Va ser posible este domingo que el PSOE no caiga y sí aguante, como no imaginaba el camarada Pablo Iglesias cuando creía que iba a ser el dueño de España? Julio Anguita ha regresado para ejercer de padre político, y ha dicho: “Me preocupa la gran responsabilidad que caerá sobre estos compañeros”. Palabras huecas.

 Una vez más, Anguita mete la pata, que es lo único que acostumbra a funcionarle. Fue conducido por Pedro J. Ramírez a los brazos de José María Aznar. Entonces el periodista más entregado al PP, consiguió que el izquierdista más comunista del condado fuera feliz, porque en cualquier momento podía estallar el malvado PSOE.

El partido que logró, por primera vez, que la España de los generales se quedara, por fin, en los cuarteles y consiguió además que el Estado del Bienestar cambiara para bien de nuestro país hasta que llegó la crisis en más de medio mundo. Pero esto no fue culpa, en absoluto, del PSOE. ¡Decir lo contrario es mentira!