El día se abría en Torremolinos con todos los ingredientes para no asistir a un acto de esta continuada campaña electoral. La localidad, que ha iniciado de nuevo el camino para volver a ser la capital del turismo ofrecía, como viene siendo habitual desde el advenimiento del nuevo gobierno municipal socialista, una faz de "città aperta", moderna y cosmopolita y con una panoplia de actividades lúdicos-culturales que van desde una gran fiesta de la cerveza tradicional a un Festival mundial de las Culturas pasando por actos cervantinos, entre otros. Todo se conjugaba con el verbo desoír las llamadas a acudir a un mitin. Para colmo el cielo azul con una temperatura agradabilísima apelaba a la tentación playera pero aún así, militantes de la provincia y ciudadanos torremolinenses han colmatado el coqueto e inmenso recinto.

Lleno hasta el palo de la bandera
Pero no fue así. El auditorio "Príncipe Felipe", uno de los mayores de la provincia con un aforo para más de dos mil personas, se llenó. Un pleno "hasta las miles de banderas" que se agitaban en el inmenso salón a golpe y ritmo no de lambada ni reggaetton popular, sino al latido de signos y símbolos sagrados para los socialistas: la rosa y el puño, la transición, el Estado del Bienestar Social, Felipe González, Ernest Lluch o la gestión socialista. 

El PSOE andaluz quiere vencer a las encuestas nacionales y en ese objetivo se han conjurado hoy miles de gargantas y sentimientos. Creen que sí, que los tracks diarios que llegan a la sede sevillana de San Vicente les dan la razón. El PSOE ganaría las elecciones el 26-J en Andalucía y con esa victoria "ya serán cinco seguidas frente a ese, eseee... un tal Moreno Bonilla", decía con un punto de irónica maldad, Susana Díaz. Nueve millones de andaluces votantes que no solo reiterarían la hegemonía socialista de la "Fuerza del Sur" sino que además pretenden algo más dificil, llevar a Pedro Sánchez a la Moncloa para mandar al exilio político, como afirmaba el lider provincial, Miguel Ángel Heredia, a Mariano Rajoy.

Ortiz, el alcalde cholista: "Ganar, ganar y volver a ganar"
Abrió boca mitinera el alcalde de Torremolinos, José Ortiz, un valor en alza dentro del socialismo andaluz. Ortiz, como ya hiciera seis meses antes en ese mismo lugar ante Pedro Sánchez y Susana Díaz, revivió el mitin interactivo y participativo de aquel momento. Con una reiterada petición al público consiguió de nuevo que los asistentes se unieran al coro de "vamos a ganar", "ganar y ganar". Ortiz, que una parte de su vida la vivió en la capital del Reino, pareciera que haya abandonado sus gustos merengonesmadridistas para pasarse al bando átletico imbuido del espíritu del Cholo Simeone: Ganar, ganar, ganar y volver a ganar", clave y basamento del cholismo.

El regidor socialista también estuvo en clave comarcal sacando pecho por la nueva hornada de alcaldes socialistas de la Costa del Sol. Tampoco perdió su enganche cómplice con el proyecto regional del PSOE de Susana Díaz. Hasta once veces repitió la frase talismán: "La Fuerza del Sur". Esa fuerza, ese manantial de votos que puede cambiar, para bien o para mal el escrutinio final en la tan querida como temida noche del 26-J. Ortiz, bebiendo en la poesía de Benedetti reivindicó el Sur como reserva socialista y liderazgo nacional en su partido.

Tocó el turno al número tres de Pedro Sánchez en el Congreso de los Diputados y secretario general del PSOE malagueño, Miguel Ángel Heredia. El de Mollina reparte su labor entre Pedro y Susana. Hasta ahora el reparto amoroso como el de "a quién quieres más ¿a papá o a mamá?", lo lleva bien, Su patria es su "partido" y su objetivo impulsar a los dos líderes. En ese equilibrio, Heredia reparte fortísimos mamporros mitineros a diestro y siniestro, a los dirigentes andaluces del PP y a los nacionales del Podemos. Con un tono mitinero posguerrista y crecido ante el inmenso aforo entusiasmado, ha advertido de que cada voto que vaya a Podemos "solo aumentará la desigualdad de los andaluces porque Pablo Manuel Iglesias solo quiere favorecer el independentismo". Y el PP no ha escapado de sus aceradas escarpias: "Rajoy ha machacado a los pensionistas y especialmente a los emigrantes retornados, a los que ha perseguido como delincuentes, mientras aprobaba amnistías fiscales para los grandes defraudadores".

Y en eso llegó Susana y mandó... enfervorizar
Y en eso, con un ambiente megacaldeado y en ebullición compañeril, llegó Susana y mandó enfervorizar. Con una inmensa mochila de varias campañas seguidas que se ha echado a sus espaldas, nadie, absolutamente nadie le podrá reprochar a la sevillana que, si las urnas le son adversas a Pedro Sánchez, no haya hecho todo lo posible para que su compañero no fuera el nuevo inquilino monclovita,

La piel, esa que Díaz dice que se está dejando en el camino a lo largo de la campaña, le cambia de color cuando reivindica la rosa y el puño, la socialdemocracia, la gestión de gobiernos socialistas, el Estado de Bienestar, las becas, las pensiones, a Felipe y Zapatero, a Lluch y al militante asesinado por ETA Isaías Carrasco, a Rubial y a la Transición. Toda ua historia, logros e ideas que no está dispuesta a que las cuestione o se las atribuya nada y ni mucho menos un tal "Pedro Manuel" Iglesias.

Si la presidenta andaluza siempre se ha movido muy bien por los escenarios, en Torremolinoa parecía que volaba afirmando aseveraciones tales como que PSOE "es el partido de miles de hombres y mujeres que lo han dado todo, hasta sus vidas, del partido que queremos seguir dándoselo todo a España para que haya más oportunidades e igualdad", ha precisado, para destacar la apuesta de los gobiernos socialistas por afianzar la Transición, meter a España en la UE, la educación, la sanidad o la ley de dependencia. Susana volaba mientras la militancia levitaba oyéndola.

El legado socialista
Díaz, arropada aplauso tras aplauso y con gritos de "guapa" y "presidenta" (sin especificar el ámbito territorial de esta última aclamación) ha dicho que "España siempre ha vivido mejor con presidentes socialistas al frente, por eso se ponga como se ponga Rajoy, en Andalucía no se va a recortar ni un euro y van a seguir entrando dependientes en el sistema público andaluz", ha avisado, al tiempo que ha recordado que un Gobierno del PSOE derogará la reforma laboral del PP "que ha convertido el país en una fábrica de trabajadores pobres y falto de oportunidades para los jóvenes".

Ha ironizado al decir que si Pablo Iglesias, el de Podemos, "ama a Zapatero y se siente socialista, tiene que votar al PSOE", al tiempo que ha reconocido la labor durante la Transición de dirigentes del PCE como Santiago Carrillo. "Allá Podemos si no se sienten orgullosos, el PSOE volvería hacer lo mismo si volviera a nacer, que no es otra cosa que defender la democracia, la igualdad, la libertad, la sanidad, la educación y la ayuda a la dependencia", ha aseverado.

"Lo que más me gusta es que formo parte de un partido que ha nacido para unir y sumar, que nunca enfrentará a los taurinos y antitaurinos, a sindicatos y trabajadores, a Cataluña con Aragón o Valencia o Andalucía, a la casta con los desclasados, a los hombres con las mujeres. Somos un partido que ha nacido para sumar y unir, y estoy orgullosa de que juntos vamos a ir a más tras el 26J", ha concluido. 

La familia de Díaz en un discreto plano 
Y en eso el acto terminó y comenzó la segunda parte. Un largo recorrido de la presidenta hasta la salida. Selfies, abrazos, besos, risas y sonrisas... Todo el mundo, parroquia y no, quería saludarla. Y la socialista accede a ello. Entre bambalinas el padre de la presidenta, su marido y su pequeño hijo, esperaban. manteniendo un discretisimo plano y modo incógnito. Al menos hoy, los miembros de su familia habrán podido verse. Y es que según me explicaba un miembro de su entorno, "lo que peor lleva Susana son las ausencias". Tiempo habrá después del 26-J. Y es que realmente, sin ninguna duda, la presidenta andaluza "se está dejando la piel" en esta larguísima campaña.