Con Pío Cabanillas, Director Global de Marca y Marketing de Acciona, se puede hablar prácticamente de todo. Conoce los recovecos del mundo de los medios de comunicación, de las grandes empresas y de la política, como la palma de su mano. Pero, desde hace un tiempo, de lo que más le apetece hablar –aparte de su verdadera pasión, la fotografía- es de sostenibilidad. Y ¿qué quieren ustedes que les digamos? Serán las tablas, será la experiencia de haber tenido que torear en plazas mucho más difíciles. Será lo que sea. Pero su discurso suena creíble. 

La sostenibilidad no es un debate. Hay que mirar al futuro y convertirse en una empresa del siglo XXII

Para empezar, se aleja de las frases grandilocuentes de las grandes empresas. “No me voy a poner a hablaros aquí de eso”, dice entre sonrisas. Comenta un poco de refilón el panorama político, aunque no hay añoranza en su voz. Esa página está cerrada y bien cerrada, por lo que se ve. Todo lo que le pedimos le parece bien, no pone pegas a nada y no pierde la sonrisa. Pero sincera, no forzada.

Él lo tiene más fácil que otros. Acciona lleva toda la vida defendiendo la sostenibilidad, mucho antes de que se pusiera de moda. Y han hecho más que hablar: han demostrado que “hay otra opción posible”. Han participado en el rally Dakar con un coche cien por cien eléctrico. El objetivo va más allá del puro marketing. “No se trata de que hablen de nosotros, sino de que la gente se dé cuenta de que hay otras opciones. Un coche gasta entre dos mil y dos mil quinientos litros de gasolina. Yo no digo que haya que hacer el Dakar en eléctrico, pero hay que plantearse que hay otras opciones”, afirma. “Está muy bien que fomentemos las bicicletas, pero ¿por qué no plantearnos el coche eléctrico?”.

Está convencido de que hay una forma mejor de hacer las cosas. “Lo que buscábamos era demostrar que las energías renovables son absolutamente viables aun en las condiciones más extremas. No hemos adaptado un coche que ya existiese. Lo hemos diseñado, lo hemos construido y hemos corrido con él. Se puede hacer”. 

También han recorrido la Antártida con un trineo tirado por cometas. Y, una vez más, había un motivo para hacerlo. “Los camiones oruga que hay en la base angloamericana del polo sur gastan del orden de siete litros al kilómetro. Y estamos hablando de la Antártida, el último gran paraíso de la Tierra. Llegamos más rápido, con más carga y con más gente; y encima sin gastar una gota de gasolina”.

RESPONSABILIDAD POLÍTICA

Pero, más allá de estas aventuras –que son mucho más que anécdotas- Cabanillas apunta a la raíz del problema… y de la solución. “La sociedad tiene que ser sostenible porque no le queda más remedio. Eso significa que todas las instituciones y todos los procesos tienen que ser partícipes de esa iniciativa. Es algo que tenemos que reclamar al mundo institucional, a la clase política. Tiene que ser de verdad el eje clave del crecimiento económico. Si no, no conseguiremos nada”.

Reclama también una labor de información y educación. “Hay muy poca concienciación. Pero sobre todo hay poco estímulo para hacerlo. Y las autoridades públicas no lo están haciendo”. 

La sociedad tiene que ser sostenible porque no le queda más remedio. Es algo que tenemos que reclamar al mundo institucional, a la clase política

La sostenibilidad, pues, tiene que estar presente en cada momento de nuestras vidas. “Los niños tienen que aprender en casa y en el colegio. Pero los padres y los profesores tienen que predicar con el ejemplo. Y lo mismo en el trabajo. Podemos poner muchos posters y hacer unas campañas de publicidad estupendas, pero si luego aquí dentro no le damos importancia, no vamos a ningún lado. Es una actuación conjunta”. 

OBLIGACIÓN DE TODOS

Pero, según Cabanillas, el hecho de que las instituciones deban liderar el proceso de transformación de la sociedad hacia la sostenibilidad, no nos exime a cada uno de nosotros de nuestra parte de responsabilidad. “La sostenibilidad es una obligación de todos. No es un debate. Hay que mirar al futuro y convertirse en una empresa del siglo XXII”. 

Podemos ahorrar desde que nos levantamos por la mañana

La tarea pasa por generar hábitos sostenibles en todos los aspectos de la vida, afirma. “Suena muy fácil, pero es fundamental concienciarse. El concepto de eficiencia a título personal. Podemos ahorrar desde que nos levantamos por la mañana. Ahorrar en recursos. Si lo hacemos un número importante de personas, habría un gran cambio en la sociedad”. 

Y, en su compañía están empeñados en predicar con el ejemplo. “Si cien empresas tuvieran los niveles de ahorro de emisiones de CO2 que tenemos nosotros, ya habríamos cumplido con los objetivos del 2020 a nivel mundial. Es ponerse a ello”.

Si cien empresas tuvieran los niveles de ahorro de emisiones de CO2 que tenemos nosotros, ya habríamos cumplido con los objetivos del 2020 a nivel mundial

EN EL CORAZÓN DEL NEGOCIO

Defiende que la sostenibilidad tiene que estar presente en el corazón de la actividad de cada empresa. Critica el green washing [utilización del respeto al medioambiente como herramienta de gestión de la reputación de las organizaciones] y asegura que  “El agua es el eje de la vida y de la muerte”, debido a su escasez. “La riqueza también se mide en términos de agua. Es algo que va mucho más allá de un mero embotellamiento de agua; va de futuro y del peso específico de sociedades enteras”. 

Mientras nos enseña algunas de sus fotografías en el móvil, vuelve a recordarnos que la sostenibilidad no es una opción, “es algo que va a suceder sí o sí. Nosotros no somos los dueños de la invención, sino los dueños del cuándo. Y siempre se puede hacer antes”.