Tras seis largas hora de reunión y 45 turnos de palabra pedidos, el Comité Federal del PSOE ha aprobado este lunes una resolución política que deja aún más atado de pies y manos un posible pacto para gobernar: que Podemos diga no a la celebración de un referéndum en Cataluña. Esta condición que es “innegociable” supone que ni siquiera Sánchez podrá abrir un turno de diálogo con la formación morada a menos que elimine de sus planes la consulta.

Esta línea roja ya estaba sobre la mesa del PSOE desde que los barones la exigieron en la reunión que tuvieron el domingo en Ferraz. Ahora, la ha aprobado al Comité y Sánchez la ha asumido como propia.

Con ello, según reza el documento aprobado este lunes, los socialistas antepondrán "el interés de España a cualquier otro objetivo" y rechazan "de manera tajante, cualquier planteamiento que conduzca a romper con nuestro ordenamiento constitucional". A lo largo de tres páginas, los socialistas han querido dejar claro que “la autodeterminación, el separatismo y las consultas que buscan el enfrentamiento solo traerán mayor fractura a una sociedad ya de por sí divida” por lo que “Son innegociables para el Partido Socialista y la renuncia a esos planteamientos es una condición indispensable para que el PSOE inicie un diálogo con el resto de formaciones políticas".

"Antes de sentarnos a negociar, tiene que renunciar Pablo Iglesias a su referéndum vinculante en Cataluña. Ha quedado claro", ha dicho una de las más críticas con Sánchez en los último días, la presidenta de Andalucía, Susana Díaz. Además, la resolución deja claro que el PSOE no apoyará la investidura de Mariano Rajoy, ni de ningún otro candidato del PP, y que solo en el caso de que los populares no consigan una mayoría, será cuando Sánchez tratará de fraguar un consenso para llegar a la Moncloa.

“La autodeterminación, el separatismo y las consultas solo traerán mayor fractura a una sociedad ya dividida"






Frente a un Comité Federal de 250 miembros, más dividido que nunca, Sánchez ha prometido a cumplir “con los votantes a cumplir con su mandato por el cambio y por la izquierda”. Según ha dicho, no se doblegará aunque sabe que hay envistes preparados y que llevan su nombre. La verdad es que no todos esos envistes vendrán desde los otros partidos, sino también de entre esos 250 compañeros, pues no todos apoyan su liderazgo.

Permiso pero con recelo
Pese a que el Comité y los barones le han dado 'permiso' a Sánchez para poder negociar con Podemos si Rajoy no es investido, muchos han mostrado su recelo a que el PSOE, con 90 escaños, puedan formar un Gobierno que estaría bajo los deseos de los partidos con lo que llegara a pactar. En esta línea se encuentra el presidente de Castilla-la Mancha, Emiliano García-Page, que prefiere que se repitan las elecciones a que Sánchez sea presidente en estas condiciones.

El presidente de la Comunidad Valenciana, Ximo Puig, ha reconocido que ve "muy difícil un cambio de izquierdas en España" porque "no dan los números".
 El PSOE necesitaría el apoyo de los nacionalistas además del de Podemos.

Liderar con autonomía
Frente a las dudas de sus propios varones, Sánchez no ha dudado en hacer autocrítica y reconocer, una vez más, que no tuvieron un buen resultado en las elecciones del 20-D. Pero eso sí, ha querido dejar claro, pese a los mensajes que le han mandado sus compañeros, que él mantiene su grado de autonomía y su derecho a hacer su propio análisis para entender por qué han perdido votantes.

Tras ello, no ha tenido ni una sola palabra con dobles intenciones hacia sus varones que, públicamente, si le han atado y le han recordado que las decisiones no las toma él solo. Y es que, aunque este Comité solo tenía como objetivo llegar a un acuerdo sobre posibles pactos, ha acabado sacando a la palestra otros como el liderazgo de Sánchez.

Un congreso “cuando toca”
Otra de los puntos de fricción entre los socialistas era la fecha de celebración del congreso nacional para revalidar, o no, el liderazgo de Sánchez. Mientras que este pedía un retraso hasta primavera, las federaciones de Asturias, Castilla-La Mancha, Comunidad Valenciana y Canarias han defendido que el congreso sea "cuando toca", lo que también apoya Susana Díaz.

Sánchez les ha replicado que convocará el cónclave "cuando lo crea conveniente la dirección federal de acuerdo al interés general y al contexto político". Parece que finalmente se celebrará "un par de meses después" de que España tenga presidente.