La Fundación Francisco Franco hizo un llamamiento el pasado 12 de marzo al senador del PP Alberto Gutiérrez Alberca para que evite la demolición del monumento en Valladolid al líder falangista Onésimo Redondo, fallecido al inicio de la guerra civil cuando se dirigía al sitio de Madrid. La petición va acompañada de una fotografía en la que se ve al senador portando el estandarte de Fuerza Nueva en el homenaje que hace anualmente la ultraderecha al fallecido fundador de las Juntas de Ofensiva Nacional-Sindicalista (JONS), que luego se integraría con Falange.
Apelamos al senador Alberto Gutiérrez Alberca que evite que sea demolido el monumento a O.Redondo que honró en su día pic.twitter.com/J2MdRcqa06
— Fundación F. Franco (@FNFFranco) marzo 12, 2015
Sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León
El controvertido monumento tenía que haber sido retirado hace tiempo en aplicación de la ley de memoria histórica pero el alcalde popular de Valladolid, Francisco Javier León de la Riva, ha venido retrasándolo. La sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León, que el pasado mes de febrero ordenó al Ayuntamiento la retirada inmediata de los símbolos franquistas, ha sido definitiva. La intención es demoler el pedestal y los pilares donde se sujetan el yugo y las flechas y trasladar el grupo escultórico al Museo de la Memoria Histórica de Salamanca, según adelantó El Norte de Castilla.
En el portal de la Fundación acusan a la "derecha pepera" de asesinar de nuevo al líder falangista, al que se refieren como el "caudillo de Valladolid". Según recuerda Nació Digital, que destapó el pasado 17 de marzo el comprometedor tuit, las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista (JONS) fueron un partido de ideología nazi y antisemita que se fusionaron con los falangistas de José Antonio Primo de Rivera en 1934.
Lugar de veraneo de Aznar
Como curiosidad el pueblo donde nació Onésimo Redondo, entonces Quintanilla de Abajo, se llama actualmente Quintanilla de Onésimo. Fue el lugar elegido por José María Aznar durante años para veranear. Todavía tiene la asignatura pendiente de ajustar su nombre a la ley de memoria aunque no parece que lo vaya a hacer de inmediato. La mayoría popular se ha opuesto a hacerlo, con la excusa de que nadie situaría el pueblo en el mapa.