Carlos Herrera / Foto CFA- Onda Cero

 

 


El pequeño Nicolás ha acaparado titulares este fin de semana en entrevistas en varios medios, que aún colean por ahí. Carlos Herrera ha hablado en su editorial en Onda Cero esta mañana del personaje, pero para criticar a los incrédulos que sucumben a las mentiras del superhéroe. Lo mismo que David Gistau, en ABC, que justifica la conmoción en el país por lo “descreída y cínica” que está la España actual.

"Antoñita la fantástica"
Herrera se mostraba sorprendido en su programa de que el “acapara fotos, artículos en la prensa y la radio” quien no es más que “un golfillo, simpático”, un “Antoñita la fantástica”, que “algún duro” arañaba por algún lado.

Un canapelo, que iba de canapé en canapé
El periodista considera una frivolidad que alguien piense que el Gobierno le ha confiado intermediar en la crisis catalana y la Corona intentar solucionar sus problemas con las Infanta.

“Este fin de semana el país ha hablado de este niño, charlatán de feria, canapelo, que iba de canapé en canapé”. Lo grave no es que se hable de él, apunta Herrera, sino que “hay gente que se cree que este tío es algo, que detrás de él hay algo”.

En Noruega se habla de otro joven... ¡qué diferencia!
Carlos Herrera ha recordado que este fin de semana en Noruega también se ha hablado de un joven, “le han dedicado seis horas diarias”, pero se trata de alguien “que ha ganado el título mundial de ajedrez, por lo menos ha hecho algo, el nuestro, al que le dedicamos el fin de semana, se monta una película de espías”.

Gistau alucina con la España descreída y cínica
En el mismo sentido, David Gistau, en ABC , en un artículo que titula “Héroe español” alucina con “la España actual”, tan “descreída y cínica que ya todo lo considera posible. En eso se basa la conmoción provocada por los delirios de Fran”.

Una conmoción de la que no salva ni el Estado –añade el columnista- que “tan reticente para reaccionar a problemas verdaderos”, sin embargo, el mismo sábado ha había emitido desde la vicepresidencia y la Casa Real unos cuantos desmentidos tan delirantes como los propios delirios”.