Los vecinos de las parroquias ourensanas Punxín y Freás se han plantado ante su sacerdote, Jesús Conde, tras varios meses de desencuentros que culminaron este domingo con un intento de reconducir la situación. Un centenar de feligreses, según explica La Voz de Galicia, se plantó en la puerta de la iglesia antes de que el sacerdote oficiara misa en un intento de dialogar con él para solucionar las tensiones.

Ataques a las mujeres
Sin embargo, el sacerdote se marchó y los vecinos sentencian: "Hoy se ha ido de aquí como un cobarde, pero ya le hemos dicho que no vuelva más". Acusan a Conde de llegar tarde a misa y de insultar a las mujeres. El propio sacristán se posiciona con los vecinos y explica que el sacerdote pregona que las mujeres "no tienen sentimientos y que son adúlteras". Pero explica que los problemas también se deben a que el párroco se niega a oficiar misas de difuntos, que retira los carteles que ellos colocan en la puerta de la iglesia para anunciarlos, que les obliga a ir a buscarlo a su casa en coche cuando hay un funeral e incluso que les impide acceder a la cuenta corriente que tienen los vecinos y en la que ingresan dinero del cepillo o donaciones para sufragar gastos de algunas fiestas religiosas.

Recogida de firmas
Los vecinos están recogiendo firmas para reclamar al obispado que releve a Conde, de 56 años. Además, dicen que van a interponer una denuncia ante el juez eclesiástico. Y mientras, tratarán de impedir que pueda acceder a la iglesia.