"El ambiente en el diario es de indignación.., pero también de aturdimiento". Es la frase con la que un redactor de EL PAÍS comienza a explicar el ánimo de la plantilla del diario de PRISA ante la situación de interinidad que viven, mientras desembarca y monta su equipo el nuevo director, Antonio Caño, y sale el actual, Javier Moreno. "Es todo un montón de rumores", concluye, antes de quejarse: "la sensación actual es de desgobierno".

Absurdo que la nueva dirección tarde tres meses en ejercer, y lo vaya a hacer en medio de una campaña electoral
Palabras que muestran la desconfianza con la que se está viviendo todo el proceso de cambio, no sólo de personas, sino también ideológico, entre los redactores del periódico líder, y hasta hace poco tiempo, preferido para informarse entre la gente que se siente de izquierda o centro izquierda.

Antonio Caño, 'aprobado' por los pelos por la redacción de EL PAIS



Entre los más veteranos de la redacción, la perplejidad es la nota dominante. "Es absurdo nombrar un director con tres meses de antelación y pensar que puedes mantener así marchando de manera apropiada una empresa...", dicen a ELPLURAL.COM, y apuntan, lo que para ellos es un sinsentido, que el nuevo equipo "arranque el 5 de mayo, en medio de una campaña electoral".

"Humillante" primer nombramiento de Caño
El malestar comenzó a concretarse con el primer nombramiento de Caño, el de su director adjunto: David Alandete. La perplejidad por esta elección ha calado en todos los estratos de la redacción. Y es que comienza a confirmar las 'amenazas' que contenía el famoso email  que Caño escribió a Juan Luis Cebrián, Consejero Delegado de PRISA, y que él mismo envió por error a otros redactores, en el sentido de desprecio hacia la redacción del diario. Alandete, que estuvo a las órdenes de Caño en la corresponsalía de Washington, apenas lleva tres años en la plantilla del diario, y apenas si ha pisado la redacción.

Esa 'desconfianza' hacia el nuevo director adjunto, y el sentimiento de "insulto y humillación" con el que se recibió en Miguel Yuste su elección, quedó reflejada en los resultados de la obligatoria, aunque no vinculante, consulta a la redacción sobre su nombramiento. De los más de 200 redactores que votaron, tan sólo 78 le dieron su apoyo.

Tampoco ayudan a tranquilizar a la redacción las noticias que llegan de que se está negociando y contratando a periodistas de fuera de la redacción, lo que también había pedido Caño en el famoso email. "Duele en la redacción esta falta de confianza en quienes trabajan en ella -dicen a ELPLURAL.COM redactores del diario-, y que se 'tenga dinero' para realizar esas contrataciones, especialmente cuando hace apenas un año se gastaron cientos de miles de euros para despedir a 133 personas, muchas de ellas redactores que habían construido el diario y que ahora parecían resultar molestos".

Cambio ideológico del diario para abrirse a "nuevas mayorías"
Y es que esta es otra de las perplejidades que llevan a quejarse a los trabajadores de 'El País'. El giro ideológico evidente que está viviendo. Algo que Caño, eufemísticamente, venía a llamar en su email "abrirse a nuevas mayorías". Y que en la redacción se ve concretarse con hechos tan impensables como que este jueves Mariano Rajoy haya elegido precisamente EL PAIS, para 'pontificar' sobre África y sus relaciones con Europa. O que también este mismo jueves al hablar sobre las cifras del paro, pero también otras muchas veces en los últimos meses, los editoriales del diario sean especialmente benignos, e incluso laudatorios, con las políticas del Gobierno del PP.

El caso más reciente, y que más profundamente ha herido a la redacción (y al parecer a los lectores de EL PAIS), ha sido el de las cifras de asistentes a la manifestación del 22M. El propio Defensor del Lector del diario tuvo que escribir sobre ello ante las quejas internas y externas recibidas.

Amén a las cifras de la policía sobre el 22M
En su primera edición el periódico de PRISA tituló "50.000 gritos contra los recortes", dando por buena la cifra que había dado la policía, y que era muy alejada de la ofrecida por los convocantes. Un lector, cuyo texto puede resumir el de todos los recogidos por el Defensor, escribió: “¿Cuál es el número (de manifestantes)? A esta pregunta su periódico ha respondido 'lo que diga la policía' y no se ha tomado la molestia de tratar de aventurar (de informar) un número. Tampoco ha dado una cifra de contraste. ¿Olvida su diario que en las últimas semanas hemos sido víctimas de una información falseada, precisamente por los que dirigen esa policía?”.

El Defensor contestaba, 'desnudando' a la dirección: "El diario cometió dos errores (uno lo subsanó en las últimas ediciones): no hacer su propio recuento y asumir en el titular la primera cifra policial, aunque en el texto, además de citarla, se hablara de decenas de miles de manifestantes. En la edición digital, donde se mantiene una página con toda la información desplegada por el diario relacionada con la marcha, un seguimiento que empezó dos días antes, se daba el cálculo de los organizadores, que no se mencionaba en la edición impresa". La tradición, de la que siempre presumió EL PAIS, había sido que el diario realizara su propio recuento de asistentes.

Redacción central de EL PAIS. Foto El Pais



"No hay muchas ganas de molestar al Gobierno"
"Esto -nos dicen en la redacción de EL PAIS- es la prueba de que no hay dirección..., sumado a que tampoco hay muchas ganas de molestar al Gobierno". Ironía sobre esa "apertura a las nuevas mayorías", es decir a la influencia de la cúpula del PP, muy especialmente de Moncloa. "Todo lo que está pasando ha llevado a la redacción a estar indignada.., pero también aturdida. Parece que se va a hacer una reinvención de El PAIS, y se siente que a Caño le han dado todo el poder para hacerlo", concluyen.

El malestar por lo que está haciendo el aún no ejerciente director, Caño, es grande, pero, casi es aún mayor con el director 'saliente', Moreno y su equipo, a quienes se acusa no sólo de iniciar este cambio ideológico, sino también de colaborar de manera crucial en el debilitamiento de la redacción.

"... la última oportunidad de salvar el diario"
En este sentido, hay también una bolsa de la redacción que esta esperanzada "en que las cosas mejoren después de años tan duros en lo profesional y lo laboral"... Estos redactores subrayan la consideración de que "Caño sí es un periodista", frente a Moreno, al que no se consideraba así en la redacción... Además, hay también un buen grupo que no quieren significarse ni mostrar enfado, "con la esperanza de que les toque algo, porque faltan por repartirse 'los premios menores', los cargos intermedios, lo que provoca todo un bullicio de rumores".

En este sentido, hemos sabido que Antonio Caño sigue reuniéndose con redactores, siempre uno a uno. Conversaciones en las que "deja la sensación de que a cada uno le cuenta lo que quiere oír: que apuesta por el periodismo; que quiere recuperar el orgullo de la redacción...". Aunque los hechos, sienten muchos, no parecen apoyar sus palabras, y dan como ejemplo el nombramiento del nuevo director adjunto: "La mayoría está ansiosa y expectante, y al tiempo siente que esta es la última oportunidad de salvar el diario, un arma con la que podría jugar Caño para sumar a más gente a su proyecto..."