El juez Luis Aláez, que instruye el caso del accidente en Santiago, en el que murieron 79 personas, ha abierto el abanico de responsabilidades a cargos directivos de Adif, aunque por el momento ha descartado apuntar a responsabilidades políticas, como reclaman partidos como Izquierda Unida, que ha exigió la dimisión del presidente de la compañía, Gonzalo Ferre.

Izquierda Unida dice que Ferre tenía que haber dimitido ya
En declaraciones a Hoy por Hoy, de la SER,  la diputada de Izquierda Unida Ascensión de las Heras ha responsabilizado de la seguridad en la vía a Adif y ha culpado a sus altos cargos de echar "balones fuera". Para la dirigente izquierdista "hay una clara responsabilidad política que tiene que tomarse con la misma celeridad con que se ha imputado al maquinista" y por eso afirma que "el máximo responsable de Adif, su presidente, tendría que haber dimitido ya".

El juez "deja de lado el reproche político"
Pero el juez Aláez, ayer, en su auto, dejó claro que no apunta aún a responsabilidades políticas. “Debo dejar de lado el reproche político, que de existir o tener motivos para él tiene su propio cauce”, afirmó, en referencia al Parlamento. Además, puntualizó que no puede abrirse “una causa penal general del sector ferroviario”, informa La Voz de Galicia.

Omisión de cautelas elementales
Aláez recordó en su auto que la causa esencial del descarrilamiento del tren “ha sido la indebida conducción llevada a cabo por Francisco José Garzón por circular a una excesiva velocidad”, aunque añadió que, con “carácter provisorio”, también “ha existido una omisión de cautelas elementales por quienes tienen la misión de garantizar la seguridad de la circulación ferroviaria en dicha línea”.

Imprudencia punible
Llegado a este punto, el juez habla de “una imprudencia punible, pues ante la existencia de un importante riesgo para la circulación, no se dota al sistema de seguridad de ningún recurso que lo resuelva automáticamente ni se destaca al maquinista ese concreto riesgo más que de modo indirecto”. El sistema ERTMS, el más avanzado y que usan los AVE, pero que estaba desconectado en el Alvia siniestrado por problemas técnicos en ese tramo, no necesita de señales en las vías, puesto que el ordenador de a bordo ya informa al maquinista y actúa sobre el tren si es necesario. El ASFA, el disponible en el lugar del siniestro, es un sistema más básico que solo frena en circunstancias muy determinadas y deja en manos del piloto la conducción a partir de referencias visuales. A esa deficiente señalización apunta el juez Aláez.

Inexistencia de advertencia previa instalada en la línea
El magistrado comienza argumentando que “no existen datos para conjeturar” que en el accidente influyese un mal diseño del trazado. Pero aunque la curva sea adecuada, está situada tras una larga recta. Por eso indica que “era claramente previsible que un descuido o desatención” del conductor, que hablaba por teléfono hasta 11 segundos antes de descarrilar, “podría provocar un accidente al depender la maniobra de reducción de velocidad de la sola percepción por el maquinista de la aproximación a la curva de A Grandeira en función de la visualización de los postes o marcadores o del entorno espacial, ante la inexistencia de cualquier advertencia previa oportunamente instalada en la línea”.

Una vía con características comprometidas
El juez detalla los datos que cuestionan la seguridad en el tramo siniestrado y comienza afirmando que se trata de una vía con características "sumamente comprometidas para la circulación de los trenes y que el bien jurídico protegido que se pone en riesgo es la integridad física de las personas”.

Ausencia de un sistema de frenado automático
“Ante esta situación de peligro para que la circulación y, consiguientemente para la vida, y ante el previsible error o despiste de un maquinista que puede circular a la máxima velocidad permitida (200 kilómetros por hora para el tren) a la llegada a Santiago por permitirlo el trazado recto de los últimos kilómetros y la ausencia de un sistema de seguridad de frenado automático que pueda corregir oportunamente esa falta […] se debían haber adoptado otros procedimientos que salvasen o evitasen el resultado de aquella predecible equivocación advirtiendo del peligro y no ha sido así”, añade el magistrado en su auto.

Señales fijas insuficientes
El juez Aláez considera “insuficiente” la señal fija que indica que debe reducirse a 80 kilómetros por hora la velocidad, colocada entre 200 y 300 metros del inicio de la curva. “Está tan próxima a la citada curva que hace imposible o muy remotamente posible la corrección manual de la inadecuada marcha para sortear el riesgo", puntualiza.

Las balizas
Sobre las dos balizas situadas antes de la curva, Aláez señala que “volvemos a encontrarnos en parecida situación a la de la señalización anterior” y “dicha señalización en modo alguno puede ser considerada medida de seguridad adecuada para evitar el riesgo de descarrilamiento” porque “alerta solo de la proximidad de entrada a la estación”.