Foto cedida por Agencia Uno del presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy (d), con la canciller de Alemania, Angela Merkel (i), en un encuentro este año. EFE



No hay luz al final del túnel ni brotes verdes. Dato a dato, estadística a estadística, se confirma que la economía española sigue sumida en una profunda recesión, que aumenta el paro porque cierran empresas y que no se invierte, ni en el sector privado porque no hay créditos, ni en el público  por la política de brutales recortes. Tradicionalmente cuando no hay inversión privada, los gobiernos acudían al rescate de la economía con inversión pública para frenar la escalada del paro. Esta vez en Europa, con la actividad privada no solo paralizada, sino destruida, los gobiernos no solo no invierten, sino que recortan presupuestos. El resultado lo tenemos en Grecia, Portugal, Irlanda y España: años de duros recortes para tener más paro, más crisis y más sufrimiento.

Retroceso de 50 años
La inversión pública, en infraestructuras, pero sobre todo en el Estado del Bienestar (Educación, Sanidad, Dependencia), ha sido el motor del crecimiento de España desde que pudimos salir de la dictadura. Cuando arrancó la Democracia España era un país con baremos de subdesarrollo en muchos indicadores y el esfuerzo en la construcción de hospitales, centros de salud, colegios, institutos, bibliotecas, vivienda pública, saneamiento e infraestructuras fue el motor de la economía. Eso se acabó, porque sumados el esfuerzo inversor público y privado representó el año pasado tan solo un 19,6% del Producto Interior Bruto (PIB), el mismo nivel que a principios de los años 80 cuando España vivió una de sus crisis más graves con la denominada "crisis del petróleo".

Aún mayor en el sector público
Según un estudio realizado por el BBVA y el Instituto Valenciano de Investigación Económica, la inversión pública ha caído 5 puntos por debajo de la media de los últimos 50 años. Pero hay un dato que indica claramente el impacto brutal de la actual crisis en la inversión: en el año 2.007 la inversión público-privada suponía el 30,7% del PIB, al terminar el 2.012 solo era de un 19,6%, en tan solo 5 años una caía de 11 puntos.

Cae la renta per cápita
Consecuencia de este abrupto descenso es que caerá la renta per cápita en España por debajo de la media de otros países similares. De 2.004 a 2.008 (primera Legislatura de Zapatero), España pegó un acelerón en renta per cápita que nos llevó a superar a Italia y a acercarnos a Francia. Euskadi y Cataluña superaban la renta per cápita media de la UE y varias Comunidades Autónomas perdieron derechos sobre fondos europeos al desarrollo precisamente por superar el 90% de la renta per cápita europea. Ahora  se sabe ya que volvemos a perder terreno porque la escalofriante tasa de paro de casi el 27% a colocado a muchas familias españolas directamente en la pobreza y a otros muchos miles en el umbral. El empobrecimiento ha sido muy rápido y abrupto.

Aún así, mejor que en los 60 y en los 90
No todo el esfuerzo realizado por los españoles durante los 48 años de Democracia se ha perdido, ni muchos menos. Para empezar la libertad no tiene precio, pero además los hospitales, las escuelas, las universidades, las viviendas, las carreteras, aeropuertos y Aves construidos están ahí. Según el estudio a pesar de la caída abrupta de la inversión en los últimos cinco años, multiplica por 5,7 la que había en 1964 y dobla la que había en 1.995.

¿Que ocurrirá? los autores del informe son claros y coinciden con lo que es opinión unánime: si no aumenta la inversión privada y la pública será imposible crear empleo. Y sabemos, hasta el PP lo sabe, que para que haya inversión privada tiene que haber crédito -que no lo hay- e inversión pública, que con la política neoliberal de Angela Merkel, de la misma familia política que Rajoy, sabemos que no la habrá. Al menos ni este año ni el que viene.