Está entre sus poderes. Desde 2012. Ignacio González declaró que le parecía razonable que el Gobierno de la Comunidad fuera quien tuviera la última palabra en la decisión sobre el nombre de los centros escolares de la Región e hizo una ley para quitar ese derecho a quienes hasta entonces lo ostentaban: la comunidad docente que iba a utilizarlo.

Ya hay Instituto Fraga Iribarne
Resultado, que en Madrid ya se está construyendo un Instituto Manuel Fraga, y ahora un colegio Margaret Thatcher. En cualquier momento es de esperar que llegue el centro de Formación Profesional Ronald Reagan o el Campus Juan Pablo II. Ni un líder del liberalismo en el olvido.

Thatcher y Aznar / Foto FAES - Steve Brokerton



Igual a los niños que acudan al nuevo colegio Margaret Thatcher, que estará en el pueblo de Barajas, en las afueras de la capital, les cuentan la verdadera historia del personaje al que le han hecho este honor. Por ejemplo, podrían contarles que en el Reino Unido, aquellos niños que en los años ochenta iban a las escuelas públicas le pueden 'agradecer' que acabara con el reparto de leche gratuita. O que es una líder que dejó tan 'buena memoria' que en las barriadas y poblaciones de clase media y clase trabajadora de muchas ciudades británicas, cuando el pasado 8 de abril falleció, en 'agradecimiento' a los recortes sociales que impulsó miles de personas se echaron a la calle para celebrar su muerte.

Los ediles se ausentaron para no abstenerse en la votación para dar una calle a Carrillo
La 'imparcialidad' de los gobiernos de Madrid y de la capital, ambos en manos de mayorías absolutas 'populares', a la hora de elegir los nombres para los centros escolares nuevos o para las calles, tiene precedentes. Como decíamos, en febrero pasado aprobaron poner el nombre de Manuel Fraga a un Instituto que se está construyendo en uno de los nuevos barrios madrileños, Sanchinarro.

Muy pocos meses antes, otros miembros del PP, en este caso del Ayuntamiento, dieron muestras de esa 'pluralidad' cuando en el pleno se debatía dar el nombre de Santiago Carrillo a la calle donde vivía. Nueve concejales 'populares', con el permiso de su Grupo, abandonaron el pleno en el momento de votar el cambio de nombre de la calle. Un gesto con el que mostraban su rebeldía ante la decisión del PP madrileño, que había decidido dar muestras de su generosidad promoviendo la abstención entre sus ediles.