El presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo. EFE El presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo. EFE



El presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, ha justificado que no puede entregar a la oposición los contratos de la Xunta con el narco Marcial Dorado durante la etapa en la que él era número dos de la conselleria de Sanidade, porque han sido destruidos, al tratarse de documentos anteriores a 2003 y la ley sólo obliga a la Administración a conservar los archivos durante 10 años.

Beiras llamó a Feijóo "chulo de barra americana"
La afirmación de Feijóo se produjo este miércoles durante una encendida sesión de control en el Parlamento gallego en la que el líder de Alternativa Galega de Esquerdas (AGE), el veterano Xosé Manuel Beiras, llamó a llamar a Feijóo de “chulo de barra americana”.

El listado de las ayudas de la Xunta a Dorado
La respuesta de Feijóo llegó después de que la viceportavoz de AGE, Yolanda Díaz, calificara de “trapallada” el listado hecho público por la Xunta de las subvenciones a empresas de Marcial Dorado de los últimos 20 años. La diputada le ha reprochado que la documentación provenga de cargos de designación política y ha pedido que la certifique algún funcionario.

Cruz, el amigo de Feijóo y nexo entre él y Dorado
Desde la formación de Beiras llegaron las preguntas más directas a Feijóo: ¿A qué cree usted que se dedicada profesionalmente su íntimo amigo Manuel Cruz, testaferro de Marcial Dorado? ¿Es verdad que en 1999, cuando murió Cruz en un accidente de tráfico calificado de ‘extraño’ por la prensa, llamó al Sergas para que no se le practicara la autopsia?  Manuel Cruz fue el hombre que presentó a Feijóo y Dorado.

"Todos sabían que Cruz era un narcotraficante"
Yolanda Díaz aseguró que en Ferrol “todos sabían que Cruz se dedicaba al narcotráfico”, que era miembro de los Guerrilleros de Cristo Rey, un grupo parapolicial y ultraderechista que actuó durante la dictadura y la Transición, y que andaba con pistola.

Feijóo no contestó a ninguna de esas preguntas y se limitó a acusar a la oposición de pretender “manchar” al Parlamento con “filibusterismo político” y de expresarse con “violencia y puñetazos”.