Lo dijo así, negando la mayor, cuando en marzo ya era conocido que se había registrado el primer record de salida de capitales. Exactamente, desaparecieron de España 66.200 millones de euros, doblando el anterior máximo de diciembre.

El regulador bancario
Estas cifras fueron publicadas por el oficial regulador bancario. Pero el siempre prepotente ministro, alto cargo de Economía con Aznar en la Moncloa, no se dio por aludido. Oscureció la verdad y sostuvo que la fuga de capitales era inexistente o muy escasa o muy entendible. O lo que fuere.

La desconfianza
Durante el primer semestre del año en curso,  la salida de capitales se ha desbocado hasta alcanzar en junio los 219.817 millones. Semejante cantidad supone alrededor del 22% del Producto Interior Bruto (PIB). La desconfianza de los potentados con el Gobierno no la subraya el PSOE, sino la realidad. Por cierto, hace un año –gobernando Zapatero y Rubalcaba-  no sólo no hubo apenas fugas de capitales, sino que, al revés, entraron en España 22.000 millones de euros.

El banco malo
Ayer, el Ejecutivo aprobó la creación del denominado banco malo, átame la mosca por el rabo. De Guindos ha sentenciado aludiendo a este curioso banco: “No costará ni un euro a los contribuyentes”. Otra baladronada más del personaje. Algo similar afirmó cuando estalló el escándalo de Bankia.  Reflotar el juguete de niños ricos como Rodrigo Rato y de numerosos peperos  –lo que aún está por ver- nos está costando una millonada con rescate disimulado a cuenta de las arcas del Estado que tendrán que devolver, sí o sí, el préstamo de Bruselas.

Más allá de la raya roja
De momento, en el comienzo de septiembre y con el otoño a la vista, la prima de riesgo ha vuelto a los 552 puntos básicos, pisando más allá de la raya roja, mientras la rentabilidad del bono a 10 años se sitúa en 6´85%. El déficit del Estado, por lo demás, subió con 25´8% hasta julio y suma ahora 48.517 millones, un 4´62% del PIB.

Palos en las ruedas de 400 euros al mes
Y en medio de tan temible desastre económico y social, Rajoy y sus monagos  se distraen poniendo palos a las ruedas -400 euros al mes- de los parados sin cobertura alguna. Investigan muy serios y le dan vueltas a si son los padres, los hijos o el Espíritu Santo los que se quedarán sin  esos escuálidos euros concedidos por el Gobierno popular.

Normativas tocapelotas
Les preocupa mucho que los más débiles, o los pobres en general, no cumplan con las normativas tocapelotas, impuestas por el PP. Sin embargo, no les  preocupa ni poco ni mucho que los multimillonarios -patriotas por Dios y por España- esquilmen del todo este país y dejen sus dineros en el extranjero.

Enric Sopena es director de ELPLURAL.COM