Es muy popular el dicho de que los economistas hacen perfectos análisis a toro pasado. Lo cierto es que poquísimas voces dijeron hace 8 años que Estados Unidos vivía una burbuja inmobiliaria, que la desregulación y globalización del sector financiero mundial provocaría un cataclismo y que la bomba que estalló al otro lado del atlántico provocaría un Tsunami que arrasaría Europa. La buena marcha de la economía se basa en un intangible “la credibilidad” que no es una fórmula matemática y sí un valor en el que influye total y decisivamente la política.

¿Qué es la credibilidad?
Es el marchamo de solvencia y seriedad que consigue un país por su gestión política y económica. Un Gobierno serio es aquel que cumple sus compromisos, que no oculta sus cuentas, que cumple con las reglas, que no cambia las leyes cada dos por tres y que en tiempos difíciles está dispuesto a tomar decisiones duras sin pensar en el costo electoral. Y eso se premia con la inversión de empresas extranjeras, con alta demanda de deuda pública por la que se pagan pocos intereses. Y eso también supone financiación para bancos, empresas y familias. Se crea empleo y riqueza.

El primer Gobierno socialista de la Democracia, el de Felipe González, tuvo ese marchamo porque metió a España en la Unión Europea y para entrar tuvo que tomar decisiones duras como la cruel reconversión industrial de los 80.

El primer Gobierno del PP, el de Aznar, también tuvo esa etiqueta porque metió a España en el euro aplicando en la primera Legislatura ajustes. La economía tiraba ya a todo tren por una burbuja inmobiliaria que en aquel momento nadie vio o quiso ver. En su segunda Legislatura Aznar irritaba a todos sus homólogos europeos porque se convenció de que su alianza con Bush le había convertido en un poderoso mandatario mundial. Su soberbia era legendaria en Bruselas.

Segundo Gobierno socialista, el de Zapatero. Gozó de gran credibilidad porque la economía iba a todo tren, redujo deuda pública, consiguió superávit y el paro llegó al mínimo histórico (¡por debajo del 7%!). Fue el primer gobierno de la Democracia en conseguir superávit presupuestario en tres años consecutivos: 2.005, 2006 y 2.007. Así que además de llevar a cabo lo mayor subida de las pensiones, subir el salario mínimo interprofesional, invertir como nunca en Investigación y crear la Ley de la Dependencia, se ahorraba. No sólo hubo superávit, sino que se invirtió mucho dinero en reducir la deuda pública que llegó al 62% del PIB, menos que la alemana. El boom de la construcción generaba ingresos muy elevados, al Gobierno central, a las autonomías y a los ayuntamientos.

En la segunda Legislatura del PSOE el crack financiero en USA y Europa, más el estallido de la burbuja inmobiliaria se lo llevó todo por delante. Se disparó el paro, cayeron dramáticamente los ingresos y el crack de la construcción provocó el crack del sistema financiero hundiendo las cajas de ahorros. Zapatero se resistió a hacer recortes y, consecuencia de ello se disparó el déficit.

Dudas y credibilidad
Así que Zapatero tuvo que elegir entre inmolarse políticamente pero salvar a España del rescate o meter a España en el ojo del huracán. En mayo de 2010, para que la economía española recuperara credibilidad y que España consiguiera financiarse por si sola en los mercados, Zapatero presentó un plan de ajuste en el Congreso por importe de 15.000 millones de euros. Rajoy suma dos recortes por importe de 75.000 millones. Políticamente tuvo que cruzar varias líneas rojas con su electorado: prolongar la edad de jubilación a los 67 años, la reforma laboral y el recorte de un 5% en la paga de los funcionarios. Su frase de que sacaría adelante dicho plan “me cueste lo que me cueste” evidenció que Zapatero era plenamente consciente de que se estaba inmolando como político. Ya había decidido que su sucesor sería Rubalcaba.

En agosto de 2010 Zapatero tuvo que interrumpir sus vacaciones en Doñana porque la prima de riesgo llegó a los 410 puntos básicos. Convocó un gabinete de crisis. Hoy parece hasta exagerado. En la última y dramática Legislatura de Zapatero nunca se habló de rescate total de España. ¿La razón? Cuando Ángela Merkel vio al dirigente más socialdemócrata de Europa aprobar prolongar la edad de jubilación, congelar las pensiones máximas y recortar el salario de los funcionarios, se creyó que el Gobierno de España iba en serio, que estaba dispuesto a tomar las medidas necesarias. Europa y el Banco central Europeo abrieron el grifo de dinero.

Datos objetivos
Rajoy heredó una situación económica muy difícil por una crisis que –por cierto- Zapatero no provocó, independientemente de lo que se opine sobre su gestión. Pero Rajoy también heredó:

Una prima de riesgo por debajo de los 400 puntos básicos
, 200 puntos por debajo de la italiana, 300 por debajo de la irlandesa y prácticamente igual que la de Bélgica. Hoy estamos no solo peor que Italia, sino peor que Irlanda, país rescatado. Si el baremo es la prima de riesgo (ha llegado a los 650), los intereses y la bolsa, hoy estamos en el club de Grecia y Portugal.

¿Por qué no se financia España con Rajoy?
Porque ha perdido la credibilidad. Y esa pérdida se debe a:

1.- La mayoría de los gobiernos europeos son conservadores, Rajoy gobierna casi todas las Autonomías y tiene mayoría absoluta. Gobiernos y mercados internacionales pensaron que actuaría de inmediato. No lo hizo. Rajoy ordenó parálisis por un objetivo político: gobernar Andalucía. No consiguió el gobierno andaluz y perdió 4 meses vitales para España. Para Ángela Merkel era incompresible que Rajoy no hiciera nada en una situación crítica por unas elecciones regionales. No sube el IVA, se niega a aplicar la jubilación a los 67 y sube las pensiones un pírrico 1% que a los pensionistas no les solucionó nada pero que los inversores lo interpretaron como una irresponsabilidad. Y todo el mundo, con Merkel a la cabeza, a dudar seriamente de Rajoy.

2.- La negativa a presentar un Presupuestos Generales del Estado antes de las elecciones andaluzas, presentar después unos Presupuestos increíbles que cuatro días más tarde el Gobierno tuvo que rectificar y meter el primer recortazo: 10.000 millones menos en Educación y sanidad. En Berlín Y Bruselas llegaron a la conclusión de que el Gobierno de España, por muy de derechas que fuera, no tenía un plan anti crisis.

3.- Soberbia: el ejercicio de “soberanía nacional” como definió Rajoy sus propias declaraciones en Bruselas afirmando que no cumpliría el objetivo de déficit para este año, fue interpretado como un gesto de soberbia intolerable que no se puede permitir un país que pide ayuda. La respuesta fue inmediata: si Rajoy actuaba por soberanía nacional, que se financiara él solo y “soberano”. El Banco central Europeo nos cerró el grifo.

4.-Contradicicones y disparates: Los ministros de Economía y Hacienda se contradicen y corrigen en Bruselas donde no saben quien dice la verdad. Montoro anuncia que sacará “Hispanobonos” para financiar a las autonomías al mismo tiempo que pide auxilio al BCE y el Gobierno dice que no cumplirá el déficit. El Gobierno acusa al anterior de mentiroso, a las Autonomías de despilfarradoras y al Banco de España de ser incapaz de hacer su trabajo. Si el propio Gobierno de Rajoy no se fía de las Autonomías ni del Banco de España ni de las cifras que hasta entonces sí se habían creído los mercados ¿Cómo se van a fiar los inversores de España?.

5.- La nacionalización de Bankia se hizo “de la peor manera posible”. Lo dijo nada más y nada menos que el Presidente del BCE, Mario Draghi, al que Luis de Guindos se permitió echarle pulsos. Si el Gobierno se enfrenta a quien le tiene que prestar el dinero, mal vamos.

6.- Rajoy se resiste a pedir el rescate financiero, cuando lo pide niega que sea un rescate, que Europa nos ponga condiciones y dice que el que presionó a Europa fue él. Los Gobiernos alemán, holandés y finlandés lo tienen que desmentir ante las críticas en sus parlamentos y en sus electorales. Y el mensaje que trasladan es: encima de pedirnos dinero nos creáis problemas.

Conclusión: Rajoy se resistió a tomar medidas porque estaba convencido de que simplemente por ser de la misma familia política que Merkel y que con Zapatero fuera del Gobierno, todo el mundo volvería a confiar en España. Olvidó que el dinero –y el negocio- no tiene ideología. Lo dijo por activa y por pasiva: con el PP otra vez en el Gobierno España recuperaría su prestigio internacional.

Hoja de servicios de 7 meses de política internacional del PP

1.- Enfrentamiento visceral con Argentina a cuenta de Repsol. El Gobierno amenazó a Argentina y el resultado es que la parte argentina de Repsol fue nacionalizada. El resto de multinacionales españolas que operan allí temen por sus intereses

2.- Enfrentamiento con Londres a cuenta de Gibraltar: resultado, los pescadores españoles sin faenar y un aliado menos en la UE.

3.- Enfrentamiento con el Banco Central Europeo al que el Ministro de Asuntos Exteriores califica de “clandestino” y al que se le exige públicamente que nos salve comprando deuda española. Resultado: cabreo de todos los países del euro (27) y bronca a Rajoy en el último Consejo porque la independencia del BCE es “intocable”, las presiones no se admiten y las peticiones de ayuda no pueden ser públicas.

4.- Enfado de Alemania: si peligroso es tener en contra al Banco Central Europeo perder toda la credibilidad ante Alemania es un suicidio. El pasado mes de junio, cuando España (junto a Grecia) tuvo el triste hito histórico de provocar una cumbre urgente por videoconferencia de los países más desarrollados del mundo, el G-7, el representante del Gobierno alemán dijo que la salida para España era la solicitud del rescate “soberano” (como Grecia), pero que el Gobierno español no lo hacía “por orgullo” y que ese orgullo “les llevará al desastre”. Dicho y hecho, en el desastre estamos.

5.- Comunicado falso: El Gobierno difundió un comunicado supuestamente firmado por España, Francia a Italia para “exigir” a Europa. Resultado: cabreo monumental de nuestros potenciales socios, Italia y Francia, por difundir un comunicado falso, que no habían firmado, en el que se urgía a Europa a tomar medidas.

Ahora el problema es el euro
Rajoy piensa ahora que el problema no es su Gobierno: el problema es el euro y Europa. Ni ante Europa, ni ante el BCE ni ante el Fondo Monetario Internacional puede decir que la culpa es de Zapatero. Rajoy Gobierna y a Rajoy le exigen responsabilidades. Aquí se lo pueden creer los suyos, pero fuera le acusan de haber tomado medidas equivocadas, de soberbia y de no tomar las medidas correctas por cálculos políticos. Aunque en Madrid hablen de la “terrible herencia”, son incapaces de explicar (a los demás y a sí mismos), por qué con ellos la prima de riesgo ha llegado a los 650 puntos y por qué de lo único que se habla en todo el mundo es del rescate total a España. Los números son implacables y solo hay una conclusión: el Gobierno del PP no ha dado ni una “a derechas”.